Ni fu ni fa… una expresión tan vulgar como la sensación que nos dejó el Slam Dunk Contest 2018.
Hubo algún ’50’ por parte del panel de jueces, desde luego, pero eso fue porque desde hace muchos años la media centena la regalan como los cromos de los bollycaos o las promesas preelectorales.
Con un listón que fuera solo una burda imitación de un tribunal olímpico de gimnasia artística, con un jurado que se tomara mínimamente en serio su labor y no todo fuera seguir cebando el ego de un fin de semana ya bastante sobrealimentado, daríamos, por fin, con un espectáculo digno en el que los jugadores se lo curran… y el 50 se convierte en la excepción para dejar de ser la regla.
La singular pena de esta edición pudo ser que, el mejor de todos los mates que se hicieron en toda la noche, se quedara sin puntuar. Hablamos de Victor Oladipo y una frivolidad técnica y física que realizó mucho antes de que se enfundara el antifaz de Black Panther.
Donovan Mitchell fue el más regular, Dennis Smith Jr. realizó probablemente el mate (puntuable) de la velada… sin embargo Oladipo, con las gradas aún vacías y el concurso aún a horas de empezar, hizo algo… que no se ha visto todavía en esta competición y que, de haberlo hecho bajo el rigor de lo oficial, bien podría haber pasado a la historia de los sábados del All-Star Weekend.