Su buen hacer en la G League podría reabrirle, una vez más, las puertas de la NBA
Sabemos que entre Jimmer Fredette y él, rebasamos la cuota sanamente recomendable de paternalismo. Pero es que las historias de redención, del que la sigue la consigue, del no importa cuántas veces caes, si no cuántas te levantas, a veces nos encandilan.
Y no solo a nosotros. A la NBA y varios de sus GM también. En el caso que nos ocupa, la nueva víctima potencial del nunca digas nunca serían Los Angeles Clippers. Y es que esa razón y no otra era la que subyacía cuando dieron a Anthony Bennett, número 1 del Draft de 2013, la oportunidad de jugar para los Agua Caliente Clippers de Ontario. El chaval (de 25 años), no lo está haciendo nada mal.
Enchufado desde el triple
14 partidos, 2 titularidades, 21,4 minutos de media. A esto responde Bennett con 14,1 puntos, 5,1 rebotes y un reseñable 47,8% de acierto en tiros de tres, uno de sus tantos lunares en sus andares por la NBA (26,1%).
Según Los Angeles Times, técnicos y ejecutivos de los Clippers están gratamente sorprendidos con el nivel de trabajo que está desempeñando el ala-pívot.
Ni asma, ni lesiones, ni sobrepeso. Algo del Bennett que vimos en su único año en la NCAA, se está dejando entrever. Y para él, más maleado y torturado que un palo en la boca de un perro, está lejos de ser el final.
«Así es la vida. Cada año ha sido una lucha. Cada año ha sido un reto. Siempre ha surgido algo nuevo. Pero todos los años he conseguido mantenerme ahí. Creo que eso dice mucho de mí. Mucha gente en mi situación habría renunciado».
¿Refuerzo en L.A.?
Los angelinos avanzan inmersos en una dinámica fantástica. Cuartos del Oeste (19-13), y con sus titulares y suplentes marcando un excelente rendimiento.
Quien sabe si estos, sin presiones, sin urgencias, y ya casi sin focos que lo iluminen, piensen en algún momento, para sentar a ratos a Montrezl Harrell y Luc Mbah a Moute, en este viejo y joven conocido power forward.
(Fotografía de portada de Sean M. Haffey/Getty Images)