Austin Rivers, escolta de los New York Knicks y que llegó en pretemporada mediante un acuerdo no garantizado de tres años, ha mostrado su frustración al diario NY Post por quedarse fuera de la rotación de Tom Thibodeau desde que sellaran el traspaso de Derrick Rose procedente de los Detroit Pistons.
«Mientras estoy aquí, estoy aquí», señaló Rivers. «No puedo controlar si me van a traspasar hoy, mañana o pasado. Lo que puedo controlar es cómo soy como jugador y lo que puedo aportar a este equipo todos los días. Estar listo en todo momento, sin importar si me llaman o no, y ayudar a los más jóvenes a estar preparados. Seguiré listo mientras siga aquí el tiempo que sea necesario», explicó.
Rivers no disputa un partido oficial desde el pasado 14 de febrero ante los Houston Rockets, y únicamente fueron 2 minutos en pista. Pese a demostrar que puede ser una pieza sólida partiendo desde el banco, la llegada de Rose le ha relegado al ostracismo.
«Me lo dijeron después del partido contra Miami Heat (7 de febrero) que venía Rose», dijo Rivers. «Ya había escuchado algunos rumores, incluso antes de iniciar la temporada. Mi asunto es que puedo controlar lo que puedo controlar. Cuando me dijeron que vendría, dije ‘OK’. Y obviamente desde entonces han pasado muchas cosas. Lo mío mientras sea un Knick, seré un profesional. No sé que puede pasar esta semana o la siguiente. Todo los días lo voy a dar todo», explicó.
Los rumores le sitúan en la puerta de salida, y si hay un equipo interesado, ese podría ser Philadelphia 76ers donde su padre Doc Rivers está al frente del banquillo. Por delante le restan esta temporada y dos adicionales por un montante de 10 millones de dólares.
En la presente temporada ha promediado 7,7 puntos, 2,2 rebotes y 2 asistencias en 21 minutos de juego, y ha tenido actuaciones importantes como los 23 y 25 puntos ante Utah Jazz saldado con un triunfo y una derrota.
(Fotografía de portada: Jared C. Tilton/Getty Images)