Chandler Parsons y Memphis Grizzlies acuerdan su separación

Idéntico limbo al de Carmelo y los Rockets: relación suspendida a la espera de encontrar un equipo interesado que dé la solución

No es como tener fajos y fajos de billetes enterrados debajo de la cama, en las tripas de un búnker de calcetines. Es todavía peor. Pues por un lado estos fajos se deprecian con el tiempo, y por otro impiden que algo más provechoso, más práctico, se adentre y acomode al calor del calcetín.

Así pues, con un Chandler Parsons –por un lado– con todavía 38 millones de dólares pendientes de cobrar de los 94 en que consistió el contrato originario, y –por otro– con cero minutos de juego en la rotación de J. B. Bickerstaff, a pesar de encontrarse en perfecto estado de salud, jugador y franquicia se hallaban en un callejón sin salida… y urgía una solución.

El primer paso, informa Adrian Wojnarowski de ESPN, acaba de darse.

¿Segundos equipos?

Con el convenio regulador aun pendiente de fijarse, según el periodista, el divorcio será (o intentará ser) vía traspaso. Sabedores de que deben colocar un jugador que jamás volverá a rendir a la altura de su nómina, en Memphis están dispuestos a tragar.

Esto no significa, por el momento, que vayan a sacrificar rondas del Draft con tal de encontrar un comprador, pero sí están abiertos a recibir a cambio otros contratos tóxicos de larga duración.

Contrariado por tener que ‘probar su valía’

Según las fuentes, lo que ha convertido esta relación en un camino de no retorno ha sido la visión divergente que Parsons y Chris Wallace, general manager de la franquicia, tenían de la G League.

Porque el forward estaba totalmente conforme con disputar un puñado de partidos con el conjunto afiliado, los Memphis Hustle, hasta recuperar la punta física y estar listo para volver de nuevo a la rotación. Sin embargo, Wallace no concebía el paso de Chandler por la G League como una mera necesidad transitoria, si no como una prueba de fuego para comprobar el, todavía, valor del jugador.

Es decir, no hablarían de su futuro en el equipo hasta ver realmente su nivel actual. Un aro por el que Parsons no estaba dispuesto a pasar.

El papel de Parsons (30 años), gran apuesta de los de Tennessee en julio de 2016, se ha limitado a 73 partidos, 19,3 minutos y 7 puntos de media.

(Fotografía de portada de Rob Carr/Getty Images)


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