Donte DiVincenzo, el héroe de la Final Four que gusta a los Hawks

31 puntos, 10/15 en tiros que incluyen 5/7 en triples, 5 rebotes, 3 asistencias y 2 tapones. Y todo esto saliendo desde el banquillo, batiendo así el récord de anotación para un jugador suplente en toda la historia de la NCAA en una Final Four, y siendo también la máxima anotación en una final de la NCAA desde el año 1989. Esta fue la obra que nos dejó Donte DiVincenzo.

Sin embargo, a lo largo de la temporada regular, las actuaciones de DiVincenzo quedaron muy lejos de este broche tan extraordinario. 13,4 puntos, 4,8 rebotes y 3,5 asistencias en 29,3 minutos de media jugados por partido. Buenas (y transversales) cifras no obstante.

Y luego, a esta guinda mediática le siguió el inevitable corolario crematístico. DiVincenzo, jugador de segundo año de universidad y que de primeras no tenía pensado presentarse el Draft, se vio empujado irremisiblemente al mismo. Su cotización se había disparado. Antes de la final, su nombre no se habría murmurado más allá de las postrimerías de la segunda ronda. De repente era un primera ronda medio-… ¿alto?

El caso es que el escolta de Villanova cedió, y en menos un mes (el 22 de junio) lo tendremos ansiando oír reverberar su nombre, junto con el resto de la hornada.

¿Cuándo y por quién saldrá escogido el amuleto de la Final Four? Los Atlanta Hawks podrían ser su destino.

Combine: fisionomía vs fisiología

DiVincenzo ha sido parte de los primeros workouts con el conjunto del estadio de Georgia, y el regusto final podríamos calificarlo con uno de los sobreexplotados hashtag de moda: #goodvibes.

Todo el viento empuja de cola para el guard últimamente. Un año sólido, una final de ensueño, y un Draft Combine que termina de disipar casi cualquier rastro de duda. Porque el principal hándicap que hacía, desde el primer minuto, que DiVincenzo partiese de puestos bajos en el Draft, era su físico.

Y ha sido precisamente su físico lo que le ha permitido volver a subir.

La fisionomía del protagonista no es buena. No es, al menos, la adecuada para los baremos que registra la NBA, y que implican la primera criba en el marco teórico a la hora de adivinar el éxito o el fracaso de un jugador a nivel profesional.

Su altura (1,93). Su envergadura (1,98). Ambas muy escasas para un ‘2’ que aspira a marcar diferencias en la mejor liga del mundo.

Todo un atleta

Pero a su pobre fisionomía se contrapone su espectacular fisiología. Pequeño pero matón, que dirían por aquí. DiVincenzo es un toro. Un negro en el cuerpo de un blanco. Junto con Josh Okogie, registró el tope en la prueba de salto vertical de los 69 jugadores que asistieron al Combine.

Además de esto, también obtuvo la quinta mejor marca de todas en el circuito de habilidad y velocidad (10,72 segundos), un distrito en el que dominó Grayson Allen (10,31).

«Trato de ser el que trabaja más duro, el más físico, el más difícil de parar», decía DiVinzenzo después de uno de los ejercicios del Combine.

https://www.youtube.com/watch?v=mL7AIaITnts

Su postulación,  para completar el apartado físico, termina de apuntalarse con su registro técnico. Durante esta temporada ha lanzado a canasta un total de 391 veces, de los cuales más de la mitad fueron tentativas desde el triple, y de las que anotó un 40% (85 de 212). Junto a esto debemos destacar su faceta como pick-and-roll ball-handler, siendo de los mejores de su promoción en este tipo de acción, según indica el portal Synergy Sports.

Atlanta, póker de picks

En definitiva, un jugador muy interesante y a tener en cuenta más allá de su soberbio papel en el partido universitario más seguido del año. Y ahora los Hawks. Esa franquicia a la que tanto ha gustado.

Y es que estamos ante el que debe ser, sin discusión, ‘El Draft’ de los Hawks. Su Draft. La mitad de su reconstrucción pasa por él, ya que fruto de transacciones pasadas, el protagonismo que tendrán la noche del 22 es indiscutible. Cuatro turnos en su mesa nada menos.

Tres elecciones de primera ronda (3º, 19º, y 30º) y uno de segunda (34º). Según indican los analistas, DiVincenzo aún debería estar vivo en su segundo turno, no así ya en el tercero. Al día de hoy, Nbadraft.net lo coloca en un circunstancial puesto 24º, en manos de los Blazers.

También puede ocurrir que con tanta ronda disponible, en Atlanta busquen negociar para contar con dos lottery picks o, quien sabe, intercambiar algunas de ellas por otro jugador de su interés que ya campe por la Liga.

Por último podría darse el caso de que este post pase por totalmente vacuo e irrelevante, por que DiVincenzo decida retirar, en un arrebato agónico, su candidatura.

Algo que todavía, como señaló el susodicho hace pocas semanas, podría ocurrir, pero que sin embargo, como el propio jugador comunicó hace escasos días a Yahoo Sports!, es improbable, ya que éste se halla entusiasmado viendo como su reputación, poco a poco, no para de crecer.

*Tabla obtenida de Nba.com


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