Kyrie Irving: «No he manejado las cosas de la mejor manera»

Al hilo de sus subidas de tono ante la prensa o con compañeros esta temporada

Más sabe el diablo por viejo que por diablo. Y en la NBA, cuanto mayor sea el kilometraje recorrido, mayor conocimiento destilarán los apuntes que acompañan en cada partido.

De ello se va dando cuenta poco a poco Kyrie Irving, quien a sus 26 años ahora mismo, ha empezado a ejercer como líder y jugador franquicia a tiempo completo en los Boston Celtics. No hablamos solo de ser el mejor jugador de su equipo (que ya lo era), sino de ser ese hormigón que se proyecta para tirar del carro en la pista, siempre, que es quien enciende la luz que el resto tiene que perseguir en todo momento; el que une el vestuario a golpe de buenas decisiones para todos y para ganar. El que dicta los consejos, marca los momentos y mandatos importantes en pista… Lo que un día fue para él LeBron James, salvando cualquier tipo de comparación.

A ese respecto se ha pronunciado Kyrie, sabedor de que no siempre encarna el papel de líder supremo con sus mejores dotes dramáticas. En ocasiones, como durante las últimas semanas, el cargo puede parecer que le viene un poco grande. Él mismo no tiene problemas en admitirlo.

«La manera en la que he manejado las cosas no ha sido perfecta. He cometido muchos errores de los que me responsabilizo de manera total. Pido disculpas. No lo he hecho perfecto. No he dicho las mejores cosas todo el tiempo. No quiero sentarme como en un pedestal para todo el mundo. Soy un ser humano normal que comete errores. Creo que debido a lo entregado que estaba en demostrar a otra gente que estaban equivocados caí en malos hábitos, como leer cosas y reaccionar de manera demasiado emocional. Eso no es cómo soy yo», pudo alegar Kyrie Irving en unas declaraciones exclusivas para Yahoo! Sports.

Temporada ‘movidita’

Irving mete en el saco todos sus ‘debes’ de esta temporada. No los de la pista, sino los que pertrechó fuera de ella. Como hablar a la prensa públicamente de que los jóvenes tenían que aplicarse mucho para poder estar al nivel de ganar. «Los chicos más jóvenes no son conscientes de lo que significa ser un equipo de nivel campeón. Es un sacrificio diario. No había expectativa alguna el año pasado y todo el mundo jugaba fácil y sin egoísmos», llegó a decir el base de Boston.

O recriminar a Gordon Hayward a pleno pulmón una jugada de final de partido que acabó en derrota. O, por qué no, también sus reacciones en caliente delante de los mircrofonos.

Pero Kyrie Irving parece ir comprendiendo lo que implica llevar el simbólico brazalete de los orgullosos verdes.

«Ser uno de los grandes de la liga, todo viene con eso. Es una responsabilidad que tengo, asegurarme de que hago todo por los jugadores que tengo detrás. Ser un ejemplo para ellos en cómo manejar las cosas y en cómo evolucionar tu carrera como jugador», continuaba el autocrítico Irving.

En el lote de arrepentimiento de Kyrie también se encuentra su relación con LeBron James. Esta temporada ha vuelto a normalizar su trato con el ’23’ de los Lakers y antiguo compañero en los Cavaliers, cuando tiempos atrás nunca se había pronunciado al respecto de su antiguo jefe de filas.

(Fotografía de portada: Maddie Meyer/Getty Images)


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