Va dando pequeños pasos, pero ello no significa que la vuelta de la NBA a Seattle se haya ralentizado. Es más, todo este proceso podría pisar el acelerador en cuanto a infraestructuras deportivas se refiere.
Según informa Associated Press, la propuesta para remodelar el pabellón KeyArena podría acortar mucho sus plazos y estar listo para acoger a una franquicia en un periodo máximo de tres años. Esa nueva fecha salió ayer de una reunión que se mantuvo entre la ciudad de Seattle y Oak View Group, el grupo que está liderando e impulsando la vuelta de un equipo NBA a Seattle – además de un equipo de hockey en la NHL –.
El KeyArena fue la casa de los SuperSonics hasta que se trasladaron a Oklahoma City y se convirtieron en los Thunder. Si logran tener los permisos medioambientales, Oak View Group podría tener preparado el nuevo estadio para el año 2020.
“Lo más importante que sucede con esto es que estamos enviando un mensaje muy fuerte tanto a la NBA, como a la NHL y al mundo entero. Las preguntas sobre si alguna vez volverán los equipos a la ciudad, o si seremos capaces de llegar a la meta, ahora reciben un mensaje claro: construiremos el pabellón, y estamos listos para ir a buscar un equipo y, pronto, lograr un segundo equipo”, explicó Tim Leiweke, CEO de Oak View Group.
Inversión millonaria
Oak View Group ya logró hace tiempo reunir financiación suficiente como para acometer la remodelación del KeyArena. Según se informa desde la misma empresa, serán necesarios unos 600 millones de dólares para terminar las obras. De ese presupuesto se destinará una partida de 40 millones solamente para mejorar el tráfico y las entradas al estadio, así como construir las plazas de aparcamiento necesarias.
La irrupción de Jerry Bruckheimer, productor audiovisual, y de David Bonderman, banquero multimillonario, en Oak View Group durante el pasado junio supuso el último gran empujón económico para el proyecto. Desde el gobierno de Seattle también hay apoyo completo ya que, como resalta el alcalde Ed Murray, “es la hora de aprovechar este momento histórico de crecimiento e innovación en Seattle para poder construir un estadio preparado para este siglo XXI”.