Phil Jackson está convirtiendo su etapa en New York Knicks en un continuo nadar a contracorriente. Ya no hablamos de ese momento en el que quería forzar la salida de Carmelo Anthony a base de pullitas; sino de un empecinamiento en que el equipo ponga en práctica un Triángulo Ofensivo que, si bien en el pasado fue la envidia de muchos equipos, ahora parece no gustar a nadie, especialmente a los que habitan en el Madison Square Garden.
Según informa Ian Begley de ESPN, es posible que Jackson pueda encontrar en el mercado jugadores acordes a su esquema y a los que realmente les guste jugar el Triángulo; sin embargo, la mayoría de los actuales componentes de su plantilla ni se sienten cómodos con ese sistema ni de preocupan por desarrollarlo.
Hablamos de un choque de conceptos, sí, pero el verdadero problema aparece con Jeff Hornacek como diana de todos los dardos, algo que ha llegado por su paso atrás y consecuente pérdida de autoridad ante los jugadores. Lo explicamos.
A principios de campaña, cuando todos se preguntaban cómo jugarían los de la Gran Manzana, fue el propio Hornacek quien criticó el Triángulo (dijo que hacía más lento el juego), y de quien se dijo a su vez que desde los despachos se le daría plena libertad de pizarra. Ni una cosa ni la otra. Phil ha terminado por bajar a la pista a explicarlo y Hornacek ha aceptado sin quejas volver a un sistema que él mismo descartó en pretemporada. ¿Consecuencia? Sus pupilos han dejado de confiar en su figura.
¿Hay solución?
Difícil. Esta habría llegado directamente en verano si uno de los requisitos para firmar al entrenador hubiese sido estar de acuerdo con jugar el Triángulo. Ese fue un error que pagan hoy. La solución es que alguno de su brazo a torcer. Phil debe buscar otro técnico o dejar que Hornacek desarrolle en pista sus propias ideas. En caso contrario, prepárense para un curso 2017-18 pleno de culebrones en la ciudad que nunca duerme.