Jason Richardson, en sus 14 temporadas en la NBA, logró casar dos virtudes: efectividad y espectacularidad.
Una de las cosas que más se echará de menos, anunciada su retirada, será su rebeldía a la gravedad. Un jugador que no entendía el baloncesto sin maltratar el aro.
La NBA, presta para estas cosas, no ha tardado en recopilar los mejores momentos del dos veces campeón del Slam Dunk Contest.
Warriors, Bobcats, Suns, Magic y 76ers; en todos ellos dejó su potente huella.