Greg Oden está de vuelta. No juega muchos minutos aún y está claro que ser el que pudo haber sido ya es casi imposible, pero el que fuese número uno del draft ya va aportando cosas al equipo, y lo que es más importante, cosas que justifican su fichaje por parte de los Miami Heat, que ven en él al jugador perfecto para intimidar en la pintura y poner las cosas difíciles a Roy Hibbert, arma de su máximo rival en el Este, los Indiana Pacers.
En la pasada madrugada y ante los Boston Celtics dejó un destello de ese poderío en la pintura cuando Jeff Green remontó la línea de fondo, con la intención de machacar, y Oden le taponó impidiéndoselo. Ahora queda por ver cuánto se prodigará en acciones como ésta.