Miami impone el juego físico para vencer a Chicago

Miami ha conseguido que la última semana de temporada regular en la Conferencia Este no sea un dejarse llevar en la parte alta de la tabla. Bulls y Heat van a tener que seguir luchando por conseguir el mejor balance de la conferencia.

Miami se impuso anoche a Chicago en el American Airlines Arena por 83-72, comprimiendo la clasificación y dejando la diferencia favorable a los Bulls en partido y medio.

Los 72 tantos anotados por Chicago son su peor marca de la temporada y hasta ayer siempre que los de Tim Thibodeau dejaban al rival en menos de 86 puntos la victoria era para ellos (23-0), pero ayer las cosas cambiaron en ambos lados de la pista.

«De esto se trata la post temporada», comentaba LeBron James. «Ambos equipos con problemas para anotar en ataque y dos equipos muy buenos en defensa. Prima cada posesión. Esto es lo que pasa en los Playoffs. El juego se ralentiza. No hay tantos puntos al contraataque. Tienes que luchar por cada intento, luchar por cada tiro».

LeBron James fue el mejor jugador de la noche con 27 puntos, 11 rebotes y 6 asistencias mientras que John Lucas III fue el máximo anotador de los Bulls con 16 puntos ante una nueva ausencia de Derrick Rose.

Rose ya se ha perdido 26 partidos de los de los 63 que ha jugado su equipo. El récord de los Bulls sin su base titular es de 17-9, pero la franquicia dificilmente conseguirá el anillo si Rose no vuelve en forma para los Playoffs.

El encuentro estuvo marcado por los momentos tensos y duros. Y la escalada de acontecimientos no siguió un ritmo habitual, ya que tras la expulsión de James Jones en la primera parte por impactar con los brazos a Joakim Noah, lejos de calmar los ánimos sólo fue el preámbulo simplemente preparó a los jugadores para más acciones polémicas.

En el tercer cuarto Dwyane Wade golpeó a Richard Hamilton tirándolo al suelo a lo que los árbitros respondieron señalando una falta flagrante al escolta de los Heat y posteriormente LeBron James puso un durísimo bloqueo a Lucas III que se saldó con dos técnicas tras un barullo de jugadores que se extendió por varios minutos.

Erik Spoelstra, definió el partido como «físico, competitivo, entre dos equipos que defienden». El entrenador de Miami también dijo que un encuentro así «suele tener más pasión y nadie rehuyó al desafio».

Así pues, los enfrentamientos en Chicago y Miami terminan esta temporada 2-2, con las victorias de cada equipo llegando cuando actuaban como locales, por lo que el factor cancha en el Este cobra aún más importancia de cara unas hipotéticas Finales de Conferencia entre ambos, la única ronda en la que se pueden encontrar.

Chicago (47-16) podría haberse asegurado anoche de forma matemática la ventaja de campo en todas las eliminatorias del Este y dado un paso importante de cara a conseguir el mejor récord de la NBA. Ahora tendrá que pelear durante la última semana por conservar el puesto que ha tenido durante todo el año con Miami (45-17), San Antonio (45-16) y Oklahoma City (45-17).

Los Bulls tampoco deberían olvidar que Miami va jugar así de fuerte o incluso más en Playoffs. Hace 20 años Detroit eliminó a Chicago durante tres temporadas consecutivas en series duras y físicas hasta la extenuación.


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