La del martes fue una noche de reencuentros. Tom Thibodeau regresó a Chicago, donde entrenó durante cinco años, y Jeff Hornacek lo hizo en Phoenix, su antiguo hogar como jugador y técnico. Eso sí, el hoy entrenador de los Knicks salió derrotado en un emocionante partido resuelto en prórroga por 113-111 con más que caricias entre ambos equipos.
Velocidad terminal
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Fue un duelo de estilos contrapuestos. Los Suns han heredado y mantenido de la era de Jeff Hornacek su juego rápido, amante de los contraataques gracias a un Eric Bledsoe siempre dispuesto a correr. Los 31 puntos, 8 asistencias y 6 rebotes del base fueron la major cosecha de Phoenix, que también salió beneficiada en la pelea interior.
Joakim Noah, claramente a años luz de su mejor forma, se vio superado con claridad por Tyson Chandler (13 puntos y 23 rebotes), tres años mayor pero más entero físicamente. Con Carmelo Anthony (13 puntos, con un 3/15 en tiros de campo) perfectamente atado por P.J. Tucker y con Derrick Rose fuera de combate demasiado pronto por su espalda, todo quedó en las manos de Kristaps Porzingis.
El equipo de Porzingis
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El ala-pívot letón no tuvo problema alguno en tomar la responsabilidad en los Knicks, sosteniendo a su equipo con 34 puntos, 8 rebotes, 3 robos y 3 tapones. Desde el banquilo, Kyle O’Quinn fue un buen reemplazo para el decadente Noah con 22 puntos y 14 rebotes, pero los balones calientes eran para un Porzingis que se convirtió en el enemigo público número 1 de los Suns.
Y uno de los jugadores más jóvenes de la NBA, Marquese Chriss, no tuvo problema en ejercer de ejecutor. El ala-pívot de los Suns quiso castigar un choque de Porzingis con Eric Bledsoe con un estirón que mandó al letón a la pista y a un lugar dentro de su alma que no había mostrado en cancha. Tyson Chandler tuvo que separar a ambos jóvenes antes de que la sangre llegara al río.
Sangre joven
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Marcado por esta tangana, el partido fue tenso hasta el final. Ambos equipos se quedaron sin anotar en los últimos 1:46 minutos de partido, enviándolo a una prórroga en el que un colosal Eric Bledsoe acabaría decidiendo. Si bien las carencias defensivas de Suns y Knicks son claras, ambos equipos mostraron un espíritu no tan habitual en los años anteriores. Un progreso que Jeff Hornacek, buen conocedor de ambos proyectos, pudo ver de cerca.