Conforme se acercaba el Draft de 2017, la discusión sobre los jugadores que coparían el top five se iba calentando; y en ella, en la de los mejores talentos que llegaban, siempre estaba presente un chico de San Diego del que poco hemos escuchado desde entonces: Josh Jackson.
Seleccionado finalmente por Phoenix Suns como número cuatro, sus primeros pasos en la NBA no fueron todo lo brillantes que se esperaban. Jackson aterrizaba desde la universidad de Kansas tras promediar 16,3 puntos, 7,4 rebotes y 3 asistencias, unos números que le colocaban a priori en la línea de salida para pelear por el Novato del Año, más aún teniendo en cuenta que los de Arizona estaban en plena reconstrucción y podría contar con muchos minutos. Y así fue, al menos lo segundo.
Aunque en octubre dispuso de hasta 25 minutos por noche, sus prestaciones se situaron por debajo de lo exigido, tanto que se quedó en un 36% en tiros de campo y fue perdiendo peso en la rotación hasta caer a los 20 minutos en noviembre y los 21 en diciembre. Fueron meses duros. Aunque nunca perdió la confianza de la franquicia, verle promediar 8 puntos y 3 rebotes no era el plan.
Pero los Suns no desesperaron. Mientras Jayson Tatum crecía en Boston y Lonzo Ball hacía lo propio en Los Ángeles bajo los focos de la prensa, Jackson seguía trabajando con silencio y tranquilidad para cogerle el ritmo a la competición. Su rookie wall apareció el primer día. Pero hoy, ya empezando marzo, parece claro que lo ha superado para no volver a encontrarlo.
Porque Phoenix habrá cerrado febrero con un lamentable balance de 1-10, pero seguro que la sonrisa por el rendimiento de su novato aplaca cualquier discusión de cara al futuro. Hablamos de un periodo de 28 días en el que este proyecto de Kansas se ha ido hasta los 17,7 puntos, 6,5 rebotes, 1,7 asistencias y 1,1 tapones en 31,2 minutos por noche. El paso al frente ha sido tan grande como para acabar con 20 o más puntos en seis partidos. Hasta el 1 de febrero acumulaba solo cinco…
Mirando al futuro
A nadie escapa que Devin Booker es el señalado como jugador franquicia. El escolta es uno de esos talentos que no se encuentran todos los días, pero no por ello van a despegar los Suns. En una liga en la que se han puesto de moda los superequipos, contar con un grupo de varios jugadores de primera línea es una obligación, y es justo en esa tesitura en la que el factor Josh Jackson gana importancia. El alero aún está muy lejos de alcanzar su techo, pero conforme se vaya acercando, en Phoenix irán creciendo.