Los Lakers de LeBron enseñan su potencial en una gran primera mitad

Por resaltar lo obvio, esta no es una pretemporada cualquiera en Los Angeles. Tras su visita a San Diego, los Lakers volvieron a su hogar del Staples Center para jugar su segundo partido de preparación para repetir rival, unos Nuggets con el objetivo los Playoffs entre ceja y ceja.

“Es un nuevo inicio, un nuevo comienzo, es una nueva emoción para mí”, declaró LeBron James horas antes de su debut en Los Angeles. A la vez, los Lakers publicaban en Twitter el renovado vestuario del Staples Center. Por supuesto, todos querían saber dónde se situaría LeBron James. Y sin reparo alguno, la nueva estrella del equipo se quedó con la doble taquilla en el centro del vestuario que ocupó la última gran leyenda: Kobe Bryant.

Un detalle que deja aún más clara la nueva jerarquía del equipo, teniendo a su lado al que será un compañero casi fijo en el cinco inicial como Brandon Ingram. Esto animó (no siempre para bien) durante unas horas al universo Laker, pero todo era aperitivo hasta el momento clave. El partido y el resultado parecían ser relativamente secundarios. Lo importante, ver a LeBron James haciendo su presentación oficial en casa, con los símbolos de los mejores éxitos de la franquicia como testigos.

Pero más allá de esta icónica imagen, la mayor alegría para los aficionados de los Lakers fue ver a ráfagas un avance de lo que este equipo puede llegar a ser. El equipo tímido y sin chispa de la derrota ante San Diego se transformó rápido. Algunos jugadores, como Kyle Kuzma o Michael Beasley, están lejos de lo que se espera de ellos, pero el cinco inicial funcionó a la perfección. Y la dirección compartida de LeBron James y Rajon Rondo tuvo mucha culpa.

Luke Walton hizo un cambio relevante, colocando a Josh Hart de titular en lugar de Kentavious Caldwell-Pope. Y hubo motivos para pensar que puede ser permanente. La rapidez y agresividad del campeón NCAA con Villanova encajó perfectamente con el ritmo endemoniado que Walton deseaba y Rondo dictaba. LeBron James, mucho más decidido que en su debut dos días antes, ejerció del jugador total que disfrutó Cleveland en los últimos años: 13 puntos (5/6 en tiros de campo), 3 rebotes, 3 asistencias, 2 robos, 1 tapón y 4 pérdidas en menos de 15 minutos de partido.

Denver, sin los tocados Jamal Murray y Gary Harris, pagaba su falta de creatividad ofensiva y acierto exterior. Nikola Jokic y Mason Plumlee aprovechaban algunos huecos en la defensa interior de los Lakers para mantener a flote a Denver, pero los triples no entraban y jugadores como Paul Millsap, Will Barton y Torrey Craig tenían la noche torcida. El frenético juego ofensivo de los Lakers hizo el resto, mandando el partido al descanso con un 59-48 a favor de los locales.

LeBron James volvería a tomarse el resto de la noche libre tras el descanso, viendo desde el banquillo a un equipo que busca mantener la confianza sin su estrella en cancha. Y de nuevo se repitió la historia de San Diego. El resto de titulares, con Kyle Kuzma reemplazando a James, mantuvo el tipo, pero el fondo de armario del que dispone Luke Walton dejó bastante que desear. Trey Lyles y un certero Mason Plumlee (23 puntos y 11/11 en tiros de campo) lideraron una rápida remontada de Denver para eliminar la ventaja angelina.

Tampoco las segundas unidades cerrarían el partido, dejando que fueran los jugadores que aún tienen que pelear por minutos o incluso por sobrevivir a la pretemporada se jugaran el triunfo. Y ahí apareció un veterano de ida y vuelta en la liga, reforzando el juego exterior de Denver con Isaiah Thomas también de recuperación. Un triple de Donald Sloan daba una ventaja de cinco puntos a Denver en el último minuto.

Travis Wear respondió con otro triple, y los Lakers tuvieron una última bala. Pero en una noche en el que el movimiento de balón fue destacado, un pase de más les costó el triunfo. El alemán Isaac Bonga, a sus 18 años el jugador más joven de la liga, desperdició la posibilidad de un triple ganador sobre la bocina en beneficio de un pase que le llegó demasiado tarde a Wear. Por segundo partido consecutivo, Denver se llevaba el triunfo, ahora por 111-113.

En pretemporada, es casi siempre más importante tener un buen banquillo que estrellas para ganar partidos. Con LeBron James en cancha, los Lakers fueron un equipo superior a Denver, a su vez diezmado en su línea exterior. Con eso se quedarán antes de enfrentarse este jueves a los más bisoños Kings de nuevo en el Staples Center. En pretemporada, las victorias morales sí que cuentan.


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