Boylen, técnico de Chicago, explica la ‘revolución’ en el vestuario

La que tienen organizada en Chicago. O tenían. Más concretamente, de puertas para adentro, en el vestuario. Los jóvenes Bulls viven una montaña rusa de sensaciones desde la llegada del nuevo técnico, Jim Boylen, y la acelerada sucesión de acontecimientos de todo tipo (banquillo nuevo, victoria ante OKC, derrota humillante e histórica ante Boston…) derivó en algo muy parecido a un motín por parte de algunos jugadores.

Algunos miembros de la plantilla estuvieron cerca de plantarse y no acudir a la sesión preparatoria que Boylen y su cuerpo técnico habían programado para el pasado domingo, después de caer estrepitosamente ante los Celtics. ¿Cuál era el problema? Que la desastrosa derrota frente a Boston revolvió unas aguas ya de por sí agitadas y eso hizo que algunos jugadores pasaran a la acción y quisieran mostrar su descontento con el nuevo orden establecido.

Querían plantar cara y desatender las órdenes de se nuevo entrenador. ¿Cómo? No acudiendo a la sesión preparatoria que Boylen había diseñado para la jornada dominical.

Según pudo destapar ESPN, los métodos de Jim Boylen no convencen (ni convencían antes de lo de Boston) para nada a algunos jugadores. Parece que el ahora técnico jefe del equipo es algo así como el policía duro en un vestuario donde antes Fred Hoiberg (despedido la semana pasada) era todo lo contrario, más cercano y sin gusto por la confrontación. Boylen sería todo lo contrario, nada reacio a decir las cosas a la cara y arreglar defectos e imperfecciones con los jugadores directamente. Eso unido a que, según parece, algunos jugadores consideran sus sesiones de trabajo demasiado exigentes y a que los titulares no permanecen tantos minutos en pista como con Hoiberg, hizo que Chicago rozase una revolución.

Como decimos, algunos jugadores eran partidarios de no acudir a la sesión del domingo y ‘plantar’ a su entrenador. No hubo desplante superlativo, pero lo que sí aconteció finalmente fue una reunión exclusiva entre jugadores para después trasladar lo debatido al cuerpo técnico.

Hasta ahora conocíamos todo eso, y ya este lunes por la tarde, Boylen ha podido dar su versión de los hechos, negando que hubiera un levantamiento coral en ciernes dentro del vestuario. Para el preparador, fue cosa solo de algunos jugadores.

«Un par de chicos»

«La verdad es que un par de chicos pensaron que un entrenamiento el domingo era algo excesivo. Así que les expliqué que tienen que confiar en mí. Lo aclaramos todo y estamos pasando página», podía reconocer Boylen y se hizo eco la periodista Malika Andrews (ESPN).

«No me gusta la narrativa de ‘todos’ (aludiendo a una pataleta general en el vestuario). No quiero que eso corra por ahí fuera. No es verdad. La verdad es que tuvimos a un par de chicos que pensaban que el entrenamiento del domingo era excesivo después de la semana que tuvimos. Tienen que confiar en mí, en que si les llevo a un entrenamiento voy a tener cuidado con sus piernas y manejar todo en lo que estamos. No entendieron eso. Así que les expliqué que tienen que confiar en mí y que yo haré lo que sea mejor para el equipo. Lo mejor para nosotros era venir, estar juntos y crecer. Algunos chicos pensaron que eso era excesivo. Lo hemos aclarado y pasado página. Todo el mundo puede tener un error. Todo el mundo puede tener algún desliz. Esto es una montaña rusa. Nuevo entrenador, semana dura, una gran victoria, nos patearon el culo después… Todo el mundo es humano. Dios, me hubiera encantado hacer las cosas de diferente manera. Lo podíamos haber manejado de manera diferente», pudo aseverar Boylen.

A la Asociación de Jugadores

Dos de los pesos pesados del vestuario de los Bulls, Zach LaVine y Justin Holiday, actuaron como conductores de la mencionada reunión de jugadores del domingo, además de ser las voces destacadas de la conjura. John Paxon, presidente de la franquicia, y Gar Forman, general manager, apoyan los métodos de Boylen, incluidas las intensas sesiones de trabajo.

Y más. Según ha podido publicar Yahoo! Sports los jugadores de los Chicago Bulls se pusieron en contacto con la National Basketball Players Association (Asociación de Jugadores) para defender su posición por las que consideraban «tácticas extremas» por parte del nuevo entrenador.

Al parecer, antes de que la situación explotara el domingo, un jugador veterano alertó de la situación a Boylen, de que no acudirían a la sesión, y el entrenador se negó a modificar sus planes.

De ese modo, el técnico de los Bulls, Boylen, arguye que todo está más o menos subsanado y que el grupo ha aclarado sus diferencias. Habrá que ver no obstante si eso se traduce en una mejora de resultados para un equipo que, con 6-21, ostenta el peor récord de la Conferencia Este y el segundo más flácido de la NBA (detrás de Phoenix).

(Foto de portada: Tim Bradbury/Getty Images)


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