No puede caber absolutamente ninguna duda de que el buen momento que atraviesan los Dallas Mavericks (cuartos del Oeste) es fruto, sobre todo, del histórico arranque de Luka Doncic en la temporada. Por encima de 30 puntos, promediando casi un triple doble (9,9 rebotes y 9,6 asistencias), dentro del top 5 de jugadores más destacados durante solo su segundo año en la competición (y a los 20 en su carné de identidad)… Es absolutamente de locos, un parque de atracciones, lo que está perpetrando Luka, como no nos cansamos de reiterar cada día. Sin embargo, otro aspecto positivo en los Mavericks está pasando bastante más desapercibido (normal) y merece también ser rescatado; en contra de lo que muchos pudiéramos pensar antes de la temporada regular, estos Mavs se están mostrando bastante compensados, completos, con jugadores de segunda unidad sobre los que confiar minutos en los que toque no bajar los brazos.
El encuentro del pasado domingo dio la voz de alarma definitiva en este asunto. En el Staples Center, no solo Luka Doncic cuajó una actuación de lo más meritoria. Desde el banquillo, Delon Wright realizó una de sus mejores faenas del curso: 17 tantos, 5 rebotes, 9 asistencias y 4 robos. Incansable, de arriba para abajo todo el rato, y siendo un agitador constante en el juego de su equipo. Penetrando con velocidad y energía pero también mostrando fiabilidad desde lejos (3 de 6 en triples). Enorme partido el suyo, también mostrándose efectivo detrás, agitando la bandera grupal de una cada vez más meritoria segunda unidad de Dallas.
Tampoco desmereció la actuación de Justin Jackson, 15 puntos en 15 minutos y 3 de 6 en triples. Los suplentes de los Mavericks no solo no cedieron terreno, sino que superaron a los no tan habituales de los Lakers. Ganaron su partido particular. Y de largo.
Como Jackson o Wright, el confiable Maxi Kleber cumplió como casi siempre; conteniendo a sujetos más grandes y fuertes que él, estuvo correcto en defensa y siempre sumó en ataque, con movimientos inteligentes por doquier. Un suplente de lujo el que posee el juego interior de Dallas, no tanto por números sino por entendimiento del juego e intangibles.
Estos tres nombres (Maxi, Delon y Justin) destacaron en la segunda unidad y dan continuidad a la tendencia cada vez más creciente en Texas: la segunda unidad de los Mavs es más provechosa de lo que parecía en septiembre. En ella, también encontramos a un Seth Curry (7,8 puntos) presto para desatascar posesiones desde fuera o a Jalen Brunson (7,3), que necesita todavía encontrar su sitio en la rotación dado el escaso balón que le queda con Luka como base titular.
Luego, en los titulares también hay que subrayar el buen papel que tanto Dwight Powell como Dorian Finney-Smith vienen realizando desde el principio del curso. Seguramente, ambos estén tocando techo en sus carreras ahora mismo.
Offensive rating
Fruto de sus buenas artes hasta la fecha, cuatro jugadores de los Mavs copan el top 5 en offensive rating de la NBA. Dwight Powell (líder, 119,7), Doncic (tercero, 117,7), Tim Hardaway (cuarto, 116,7) y Finney-Smith (quinto, 116,4) se encuentran entre los cinco mejores en esta estadística avanzada. Cuatro de cinco.
No le hicimos mucho caso en su momento pero Rick Carlisle tenía razón. «La parte realmente emocionante es la profundidad que tenemos en todas las posiciones. Las posibilidades son muchas. Nos gusta el roster que tenemos», decía el técnico allá por septiembre, antes de comenzar la nueva campaña. Tiene más material del que parecía y con ello se encuentra su equipo luchando para volver a playoffs, plaza que no pisaron en las últimas tres temporadas, desde 2016. Los Mavs no pasan de primera ronda desde 2011, el año del anillo, por lo que con el joven núcleo actual (Luka Y Porzingis) aspiran a derribar ese sambenito.
Si a esa nómina incipiente de buenos secundarios se suman los hitos históricos reiterados de Doncic y el nivel creciente (muy poco a poco) de Porzingis (17,2 puntos, 9,2 rebotes), el resultado son los mejores Mavs en al menos un lustro. Mimbres inmejorables para los próximos años en Dallas; de eso no cabe duda.
(Fotografía de portada: Katharine Lotze/Getty Images)