Dos partidos. Eso es lo que había podido jugar Kevin Love hasta anoche, cuando dos meses y medio después de sufrir una lesión en la pantorrilla de la pierna derecha, saltó a la cancha para enfrentarse a los Pelicans en New Orleans.
El veterano ala-pívot estuvo en el quinteto inicial para acabar disputando 10 minutos. Fue una pequeña muestra en la que logró cuatro puntos con un uno de cuatro en tiros, añadiendo un rebote. Por delante le quedan dos meses de temporada regular para acercarse lo más posible a su mejor. Love se conforma por ahora con poder estar sobre el parqué.
«Se trata simplemente de jugar al baloncesto, algo que me encanta hacer. Es una gran parte de lo que soy. El año pasado me lo quitaron y después tuve mala suerte con la lesión. Ya digo, estoy feliz por el simple hecho de estar de regreso. El progreso irá llegando. Puede que tarde un par de semanas en sentirme yo mismo», comenta antes de destacar que recuperar la confianza es lo más difícil para volver a la pista. «Es algo muy agotador a nivel mental, más que a nivel físico, al menos para mí».
Love está feliz, y con él su entrenador, J.B. Bickerstaff. El head coach ha recalcado que más allá de los primeros minutos de su pupilo en más de dos meses, es realmente importante contar con una pieza que le da tantas alternativas sobre la cancha.
«Es intrigante las muchas cosas que puedes hacer a través de él en ese puesto de ‘cuatro’ y lo difícil que puede ser defenderlo. Tiene los medios para sacar faltas y conseguir otras ventajas cuando está sobre la pista. Necesitas quitarle el óxido. Necesitas sentirte cómodo regresando al ritmo del juego. Va a ser extremadamente valioso para nosotros en la recta final de la temporada», concluye.
(Fotografía de Jason Miller/Getty Images)