Unos Rockets de entretiempo y caos

Más o menos desde que los Utah Jazz volviesen a soltar lastre en el pasado cierre de mercado hasta hace poco más de una semana, ...

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Por David Sánchez

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Más o menos desde que los Utah Jazz volviesen a soltar lastre en el pasado cierre de mercado hasta hace poco más de una semana, la competitividad en la NBA se restringía a solo 20 equipos. Aquellos encuadrados dentro de las posiciones que dan acceso a postemporada en ambas conferencias. Pero, precisamente en el momento en el que los ojos del espectador centraron la mirada en las cuitas internas del play-in y las posiciones de pasaporte directo a playoffs, los Houston Rockets se pusieron a ganar. 

El pasado 29 de febrero los texanos marchaban undécimos (25-34) en la conferencia Oeste a partido y medio de los Jazz y 6,5 de los Golden State Warriors. La noche del lunes, tras cumplir ante los Blazers, se acostaron a sólo un partido de los de San Francisco (36-35). Una racha de once victorias en doce encuentros que hace soñar con colarse en el play-in (tienen el desempate perdido con Golden State, por lo que no les valdría con tener el mismo récord que ellos). 

Para más inri, durante este tramo el equipo perdió a su mejor jugador, Alperen Sengün, por una lesión de rodilla que le tendrá fuera el resto de la temporada. Los Rockets ya venían ganando a buen ritmo con el pívot turco en cancha. Quien tuvo una noche de carrera en la segunda victoria de este 11-1 dejando 45 puntos, 16 rebotes y 3 asistencias ante San Antonio Spurs. No obstante, su ausencia ha sido un punto de inflexión claro para el equipo. Quién sabe si para su récord general, pero innegable para la forma en la que vienen jugando.

Hace unos meses servidor escribía esto sobre la temporada de los Rockets: 

Fuera de las sinergias entre VanVleet y Sengün, a los texanos les cuesta generar juego ofensivo fuera de sus dos principales focos ofensivos. Atendiendo a datos de Cleaning the Glass, sólo Chicago ataca más posesiones a media pista que los Rockets. Tesitura que convierten en sólo 99,7 puntos por cada cien posesiones (15º ataque en eficiencia). Aumentar ese ritmo es, a priori, una de las principales vías de mejora.

Mediada la temporada, Houston vivía en una dicotomía. Ime Udoka había hecho hincapié en la idea de sumar control en un grupo plagado de jóvenes tendentes al caos. Y se aferró a los elementos de control que tenía en plantilla dejando de lado el potencial del equipo en situaciones de vuelo y anarquía. Sobre todo con la defensa como catapulta del ataque. 

Esto no implica que un perfil como el de Sengün no pueda brillar en ritmos altos pues, siendo jugadores distintos, Domantas Sabonis y Nikola Jokic son un ejemplo perfecto de jugadores pesados que permiten que su alrededor se mueva a muchas revoluciones sin incurrir en riesgos insostenibles. Sin embargo, Udoka entendió a Sengün como un elemento diferencial a media cancha y en sistemas poco dinámicos. 

Acelera un poco más

Por ello, la ausencia del turco ha servido para que el técnico desencadene ese potencial y se regale al ‘caos’ de Jalen Green y Amen Thompson. Desde la lesión del pívot, los Houston Rockets tienen el quinto ritmo de posesiones más alto de la liga (antes estaban en mitad de tabla), son cuartos en puntos al contraataque (venían de ser décimos) y son el tercer equipo que menos tiempo gasta (13,8 segundos de media) en sus posesiones ofensivas. 

Gran parte de esto proviene de los esquemas defensivos que permiten jugar con Jabari Smith Jr. en el ‘cinco’ e introducir a un perfil como Amen Thompson en un quinteto que ya cuenta con Fred VanVleet y Dillon Brooks. Con esta alineación, los Rockets están cambiando en cada situación de bloqueo y se están permitiendo ser agresivos sobre balón y líneas de pase. En este segmento suman 15,4 intercepciones por noche (sexto mejor dato) y contestan más tiros que nadie (46,3). Además, son el tercer equipo que menos porcentaje de acierto al triple permite (32,1% que, como siempre, puede tener cierto factor suerte) y el décimo que menos puntos en la pintura lamenta. 

Houston ya tenía una defensa de élite antes de esta racha y de la lesión de Sengün. Antes y después, el equipo es el octavo que menos puntos recibe por cada cien posesiones. Lo relevante es que han pasado de ser una defensa mayormente reactiva a una más bien propositiva. 

Diferentes caminos para llegar a Roma

Con Alperen en pista, la defensa buscaba la forma de no hacerle sufrir. Ya fuese emparejándole con no tiradores para aprovechar su tamaño en ayudas al aro, lanzando el dos contra uno tras bloqueo para evitar el switch o defendiendo en drop para que el manejador no tenga tan fácil superarle en velocidad. Ahora, con Jabari Smith Jr como principal comodín, Houston está utilizando todas estas variantes en pista, pero lo hacen con el objetivo de condicionar al rival según sus fortalezas y no para abrigar las debilidades propias. 

Obviamente, siempre existe un equilibrio entre ambos aproximamientos. No se puede plantear una defensa al completo en base a las virtudes propias ni a las taras del rival. Y viceversa. Pero basta un pequeño ejemplo para exponer el cambio experimentado por los Rockets. 

Los Nuggets hace tiempo que lanzan a Nikola Jokic sobre el manejador de forma vehemente en situaciones de bloqueo directo. Con el tiempo, la lectura de situaciones y velocidad de manos del serbio se ha mostrado como una forma eficaz de conseguir desvíos y ensuciar la posesión del rival. Pero el principal fin detrás de esta idea es no permitir que Jokic se quede con un exterior que le pueda atacar lejos del aro. 

A su vez, los Lakers han utilizado muchas veces a Anthony Davis en el mismo tipo de trampa defensiva. AD es un jugador que puede aguantar aclarados ante jugadores de menor tamaño que él. Por eso, cuando Darvin Ham decide lanzarle en dobles ayudas fuera del perímetro lo que busca es quitar el balón de las manos del manejador al tiempo que cierra líneas de pase con su envergadura. 

(Nota: No voy a comisión con Thinking Basketball)

De esta forma, los Rockets están luciendo como el tipo de defensa que proyectan sus mejores defensores, sea esto mejor o peor. Incluso Jalen Green está teniendo parte en este cambio y esta misma semana Kelly Iko le dedicaba un análisis profundo a su mejora defensiva en The Athletic

Todos fuera

Al otro lado el factor clave vuelve a ser Jabari Smith. A pesar de que seas un tirador por debajo de la media, su 35,7% desde el triple es suficiente para que sus defensores le tengan en cuenta. Esto permite que los Rockets puedan jugar con cinco hombres abiertos, un esquema que permite que le facilita la vida a VanVleet sin tener que apoyarse en un bloqueador dominante como Sengün. Pero que favorece sobre todo a dos hombres: Jalen Green y Amen Thompson. 

El rookie es una fuente infinita de dinamismo ofensivo. Thompson compensa su falta de tiro con su continuo movimiento: cortes, P&R invertidos, bloqueos indirectos, rotaciones para alejar la ayuda, vuelos al rebote ofensivo… Siempre se pone en posición de utilizar su devastador primer paso para el bien del equipo. Por el camino deja buenas lecturas desde el pase, siendo este su principal punto de crecimiento a futuro. Desde que es titular sus promedios son de 14,3 puntos, 8,6 rebotes y 2,7 asistencias con un 62% de acierto en tiros de campo. 

A contracorriente

Con Green me va a tocar diferir un poco del discurso general que se tiene a su alrededor en estas semanas. Los Rockets están atacando muy rápido incluso en media pista, donde basta un bloqueo, un mano a mano o un pase que cambie el sentido del juego para ser vertical. En este tramo de siete partidos, lanzan 14,9 tiros habiendo pasado seis segundos o menos (quinto más rápido). Tesitura en la que Green está como pez en el agua, pues el contexto penaliza menos sus precipitaciones y deja en primer plano su velocidad a campo abierto. 

Aun así, el escolta sigue siendo uno de los finalizadores interiores de volumen más irregulares de la liga. De los 35 jugadores que en este tramo suman 70 o más penetraciones, Green ocupa el puesto 23 en porcentaje de acierto (50%). Es su acierto en el tiro exterior el que carga con el peso de su espectacular racha anotadora. Desde la lesión de Sengün, Green está en 30,7 puntos por noche. En este tramo lanza más de 10 triples por partido con un 45,5% de acierto, 7 de los cuales llegan tras bote con un 47% de precisión. 

Su juego no ha cambiado en exceso, solo el contexto que le rodea y el volumen de acciones que asume. No lee notablemente mejor la situación de la defensa, no ha encontrado consistencia en la zona del floater y no selecciona mucho mejor los tiros. Todo esto puede ir evolucionando poco a poco si esos porcentajes en el tiro se mantienen por encima del 40%. Algo que coger con pinzas viniendo de un 31,3% amantes de la baja de Sengün (30,6% tras bote).

Con todo y con eso, el ataque de los Rockets luce mucho mejor que antes de la actual racha. Es cierto que los rivales han sido proclives para descorchar en lo ofensivo. El calendario desde el comienzo de las nueve victorias consecutivas ha sido: Portland, Sacramento (top tres defensas en los diez últimos partidos), San Antonio, Washington, Cleveland, Washington, Chicago, Utah y Portland. Pero no hay que olvidar que venían de ser el séptimo equipo de menor eficiencia ofensiva antes del All-Star. 

Durante la racha, solo los Celtics anotan más puntos por cien posesiones que Houston (123). Y, lo que es más interesante, su quinteto inicial desde la lesión de Sengün funciona como la seda. Según Cleaning the Glass en 147 posesiones, la alineación formada por VanVleet, Brooks, Green, Thompson y Smith Jr. ha aventajado a sus rivales en 15,3 puntos, anotando a un ritmo de 138,1 puntos por cien posesiones (16 puntos más que los Celtics en toda la temporada). Guarismos que se mantienen en 115,2 en situaciones de media cancha (92 percentil). 

Hoy vs mañana

En este preciso instante, los Rockets sólo pueden pensar en adelantar a los Warriors y colarse en el play-in. El calendario se complica de aquí a final de temporada, teniendo que recibir a Dallas, Golden State (crucial), Miami y Orlando; y debiendo visitar a Oklahoma esta misma noche, Minnesota, Dallas y Clippers. 

Ahora bien, esta racha plantea muchas dudas en las oficinas de Houston a corto plazo. Este verano tanto Sengün como Green son elegibles para firmar la extensión de su contrato rookie, y las últimas semanas del equipo han venido a cuestionar el statu quo establecido durante toda la temporada. En lo financiero, lo más probable es que ambos acaben firmando el máximo o se queden cerca de ello (aunque esto comprometa futuras agencias libres a un equipo que, por muy enrachado que esté, simplemente aspira a la parte baja del play-in). Pero las cosas se complican al pensar en la gestión que tendrá que hacer del equipo Ime Udoka de cara a la temporada que viene. Primero, si es posible disfrutar de un Jalen green similar a este y un Alperen Sengün del nivel demostrado esta campaña. Y, si la respuesta es no, en qué cesta poner más huevos. 

Eso, para dicha de los aficionados de los Rockets, será cosa del Udoka del futuro. Porque en Houston, tres años después de la salida de James Harden, únicamente importa el ahora. 

(Fotografía de portada de Houston Rockets)

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