No vamos a descubrirlo ahora, pero escucharlo de boca de Kyrie Irving no está de más. El base de Dallas Mavericks acumula 12 derrotas consecutivas en el Garden de Boston y pese a que antes de las Finales dijo que ahora estaba mentalmente preparado para afrontarlo, la realidad es que su juego ha dicho justo lo contrario.
Ante un rival de la envergadura de los Celtics, a nadie escapaba que los de Texas iban a necesitar las mejores versiones de Luka Doncic e Irving. El primero está realmente cerca de ello, pero el segundo está promediando 14 puntos con un 35,1 por ciento en tiros de campo, incluyendo un 0 de 8 en triples. El ganador del anillo de 2016 admite el ansia, la adrenalina que corre por su venas, por hacerlo bien en cancha de los verdes.
«Lo primero es aceptar que no he jugado bien o a la altura de mis estándares, que es como me hubiera gustado. Al regresar a Boston hay tal nivel de deseo dentro de mí para jugar bien… Quería estar ahí para mis compañeros de equipo. Como competidor, es frustrante. Pero no quiero dejar que eso me supere. Debo seguir adelante», expresa tras el último entrenamiento del equipo.
En cuanto a qué pueden hacer para revertir la situación ante Boston, Kyrie tiene claro que todo empieza por él, ya que es el culpable de que no hayan estado más cerca en los dos primeros partidos de las Finales.
«Le dije a mi hermano (Luka) que tenía que jugar mejor para él, junto a él. Para que podamos lograr nuestro objetivo, ambos tenemos que jugar bien y ambos tenemos que hacer las pequeñas cosas, hacer lo que sea necesario para ganar. Fue una conversación fácil. Simplemente le hice saber que es mi culpa, asumiendo la responsabilidad por no jugar particularmente bien», sentencia.
(Fotografía de Maddie Meyer/Getty Images)
