Tres MVPs y un anillo no borran el hecho de que en cualquier deporte de equipo lo normal es perder más de lo que se gana. Al menos pensando en los partidos que de verdad dan acceso a la gloria. Nikola Jokic, autor de los logros mencionados y considerado ya uno de los grandes talentos de la historia de su deporte, ha sido un jugador que ha perdido mucho. Y, aunque las más de las veces esas derrotas llegasen por la falta de ayuda alrededor (lesiones, plantillas insuficientes) no deja de ser interesante saber cuál es ese partido que le duele especialmente haber perdido al mejor jugador del mundo. Como si hubiese alguna duda.
Con la llegada del Media Day y la inminente pretemporada NBA, hemos vuelto a ver a un Jokic desganado. Como quien lucha con la depresión post-vacacional en una oficina de moqueta gris y mobiliario aséptico. Sin embargo, el de Sombor es otro cuando acude a representar a su país en competiciones internacionales como han sido los Juegos Olímpicos de París de este año. No solo se le ve más expresivo entre bambalinas y con sus compañeros, también saca un carácter competitivo más visible del habitual en Denver. Por esto mismo no sorprende que Jokic defina la derrota en semifinales ante Estados Unidos como la más dura de su vida.
«Fue un buen partido. Probablemente la mayor derrota de mi carrera. Tuvimos una gran oportunidad y al final nos derrotaron», se resigna ante la grabadora de Mozzart Sport. «Para la gente desde fuera podría parecer una derrota normal, pero los que jugamos la sentimos como la derrota más dura de nuestras vidas».
La selección de Serbia llegó a ir ganando el partido de 15 puntos en el último cuarto y con varias opciones de sellar el encuentro que Stephen Curry y compañía acabaron por dilapidar. El propio Jokic falló un tiro liberado para poner tierra de por medio cuando quedaban algo más de cinco minutos en el marcador. Nada, claro, que no se pudiese consolar con un bronce ante la Alemania campeona del mundo y una celebración de varias horas y mucho alcohol que acabó en el tercer escalón del podio esa misma noche.
(Fotografía de portada de Gregory Shamus/Getty Images)