14 de enero de 2022. Esta es la fecha en la que Lonzo Ball jugó por última vez un partido de baloncesto. O mejor dicho, era.
El calvario del base ha llegado esta mañana a su fin, o al menos al fin de su fase más agónica. Después de más de 1.000 días luchando por ello, Lonzo volvió a sentirse jugador al regresar a las pistas durante el amistoso que midió a los Bulls frente a los Timberwolves en el United Center, en el que pudo contar con 15 minutos que suponen un ilusionante nuevo paso para él.
Ball, que contaba con una restricción de 16 minutos como máximo, salió a pista a mediados del primer cuarto, momento en que fue recibido con una sonora ovación por parte de todos los presentes, que se pusieron en pie para ovacionarlo tras este largo periplo. Y poco después, harían lo propio gracias a su baloncesto. El base tardó poco en demostrar que estaba completamente listo para la acción, anotando un triple en su segunda posesión y dando inicio a una noche breve pero intensa para él.
Aun con su restricción Lonzo pudo anotar 10 puntos, demostrando que su buen tiro exterior aún funciona y firmando un par de buenos movimientos a la espalda de la defensa para finalizar bajo el aro. Y además de anotar, hizo un poco de todo, sumando una asistencia, un rebote, un robo y un tapón con los que volver a sentir todo lo que puede hacer en pista.
«No puedo ni expresar lo que se siente al estar ahí» afirmó tras el partido. «Desde luego es mejor jugar que mirar. Ha sido sin duda un momento que no olvidaré. Ha sido un proceso largo, muy largo, pero echando la vista atrás diría que ha pasado más rápido de lo que pensaba. Después de la tercera operación, cuando me dijeron que la recuperación iba a ser de 18 meses me pareció una locura, pero ya estamos aquí. Ahora todo ha quedado atrás».
Ball se prepara así para una temporada en la que arrancará con muchas limitaciones, de las cuales veremos cuántas persisten y cuántas se van eliminando con el paso de los partidos. Pero por ahora, todo eso es lo de menos comparado con la sensación de volver a jugar un partido más de dos años y medio después.
(Fotografía de portada: Michael Reaves/Getty Images)
