«Tenemos que buscar una identidad, ahora mismo no tenemos ninguna». Esta cita podría pertenecer perfectamente a cualquiera de los últimos 365 días en clave Milwaukee Bucks. De hecho no es la primera vez que quien la pronuncia hoy, Giannis Antetokounmpo, lanza una proclama similar. Milwaukee ha comenzado el curso ganando un solo partido de tres disputados ante unos Sixers sin Joel Embiid y Paul George. Sus derrotas han llegado ante Chicago y Brooklyn, dos equipos llamados a ocupar la cola del Este.
Los Bucks siguen sufriendo de una defensa preocupantemente débil y un ataque cada vez más alejado del buen funcionamiento colectivo de antaño. Doc Rivers apuntó en pretemporada que esa identidad iba a estar en la defensa interior basada en Brook Lopez y el propio Giannis. Y, aunque sean el quinto equipo que menos puntos recibe en la zona, están entre las diez peores defensas de este arranque.
«¿Cómo vamos a ganar el partido? ¿Vamos a defender los 48 minutos? ¿A mover el balón? ¿A ser agresivos?», preguntaba el griego desde el estrado de forma retórica. En lo individual Antetokounmpo ha comenzado la temporada con su increíble producción habitual, 28 puntos, 12 rebotes y 6 asistencias que ya parecen la norma. De hecho, en este inicio está reduciendo sus lanzamientos exteriores al mínimo (0,3 por noche). Lillard está mejor que el curso pasado, aunque lejos de sus cifras de eficiencia en Portland. Es todo lo demás lo que toca sumar a estas individualidades. Y en ello llevan desde la salida de Mike Budenholzer hace ya año y medio.
(Fotografía de portada de Luke Hales/Getty Images)
