Darius Garland acabó la temporada 23-24 decepcionado con su rol. El base sintió que la presencia de Donovan Mitchell lo estaba relegando a un papel demasiado secundario, e incluso se llegó a rumorear que pediría el traspaso en caso de que los Cavaliers renovasen a Mitchell. Esto, como sabemos, ocurrió, pero en lugar de generar la salida de Garland propició la salida de Bickerstaff en un intento de los de Ohio de cambiar las cosas. Intento, al menos por ahora, exitoso.
Según afirma Sam Amick, periodista de The Athletic, Darius solicitó tener más peso en el ataque del equipo, algo que se ha cumplido con la llegada de Kenny Atkinson al banquillo. El base ha elevado tanto su participación como su producción y los Cavaliers lo están notando de la mejor manera posible, pues, con un balance de 16-2, han dado inicio a la temporada regular a un ritmo sensacional y se han convertido en una de las revelaciones de lo que va de curso.
En este inicio, Garland está contando con un mayor porcentaje de uso que hace un año (ha subido del 24,9% al 26%), y está anotando, tirando y asistiendo más que la temporada pasada, algo reseñable dado que está jugando menos. De hecho, los de este curso serían los mejores números de su carrera ajustados a 36 minutos por partido, evidenciando que no solo está participando más sino que se están encontrando maneras de que su participación sea más efectiva.
Si en verano se quejaba de que pasaba demasiado tiempo esperando en la esquina, con el cambio en el banquillo la situación ha dado un vuelco radical. Y todo indica que ha sido la decisión correcta.
(Fotografía de portada de Jared C. Tilton/Getty Images)