LeBron james está pasando por una de las peores rachas de juego de su carrera. De los últimos seis encuentros, el Rey se ha quedado en cinco de ellos por debajo de los 20 puntos, en todos ellos por debajo del 50% de tiros de campo y acumula 24 triples consecutivos errados. Todo ello regado por un promedio de cinco pérdidas por noche. Su partido ayer en Minnesota le ha terminado de poner en el disparadero y ya se escriben intuiciones de decadencia. «Simplemente me he sentido fuera de ritmo estos tres o cuatro partidos. Es solo eso», se defiende LeBron.
Este mismo curso James ha dicho que uno de sus objetivos era disputar los 82 partidos de temporada regular. Algo que refrendó también anoche diciendo que seguía siendo la intención. J.J. Redick, su técnico en Los Angeles Lakers, discrepa. «No sé si es lo mejor para sus intereses y los nuestros como equipo si hace eso [jugar los 82 partidos]», declaró el entrenador en rueda de prensa. «Lo intentaremos gestionar de la mejor manera posible».
Siendo realistas, James solo ha disputado la totalidad de la temporada regular una vez. Aquel 2018 donde limó kilos y se vio su versión más heroica (por solitaria) de su segunda etapa en Cleveland. Ahora el alero es un jugador que debe dosificarse incluso dentro de los propios partidos y al que en estas semanas se le ha visto dos o tres pasos lento en defensa, falto de piernas para la suspensión y las arrancadas en ataque y, lo más preocupante, escaso de oxígeno para tomar las decisiones que siempre solía acertar.
Obviamente, si su meta es esa, lo va a intentar y poco tiene que hacer el cuerpo médico y técnico de los Lakers. Pero por un simple hecho de salud, es difícil imaginar que llegue a esa cifra.
(Fotografía de portada de Mind The Game/Instagram)
