La temporada de los Denver Nuggets está por debajo de lo esperado y Nikola Jokic no parece estar demasiado contento. Mientras su juego sigue siendo una simple locura que se explica con dos partidos consecutivos de 56 y 48 puntos, los resultados no permiten a los de Colorado ser mas que equipo de play-in con un balance de 12-10.
Cayendo ante los débiles Washington Wizards (el día de los 56 puntos) y ganando después de paliza a los Atlanta Hawks (141-111), Michael Malone señala que justo esa era la respuesta que se necesitaba, pero Jokic sigue con la mosca detrás de la oreja, tanto como para bromeas con que quizás ver recortados los salarios motivaría a sus compañeros, señalando después que todos deben dar el máximo, incluyendo aquellas piezas que salen desde el banquillo.
«Cuando yo mismo salía desde el banquillo y jugaba poco minutos, mi objetivo era: ‘Cuando me siente en el banquillo, voy a estar tan cansado que no pueda respirar’. Simplemente tienes que dar el cien por cien en esos tres, cuatro, cinco, seis o siete minutos que tengas», avisa a sus compañeros.
La realidad es que contra los Hawks sí se vio un rendimiento bueno y coral del todo el roster. Por ejemplo, el jugador de segundo año, Jalen Pickett, tuvo un +18 en los 17 minutos que disputó. Justo a eso se refiere Jokic, a que nadie sienta que su trabajo, por ser de menos tiempo en pista, tiene menos influencia o valor en el resultado.