La crisis de Sacramento ha llegado a límites preocupantes en la visita de los Pacers al Golden 1 Arena. El cuadro de Mike Brown ha sufrido su peor derrota como local de lo que va de curso al caer por un contundente 95-122, resultado alarmante tanto por contundencia como por lo que supone. Y es que con él, Sacramento suma cuatro derrotas consecutivas y sigue descolgándose de la pelea por el play-in del Oeste, que va camino de ponerse demasiado caro para ellos demasiado pronto.
Lo contrario ocurre con Indiana, que, tras hacerse con su cuarta victoria seguida, se encuentra en su mejor momento del curso y sueña con volver a los puestos de playoffs en los que se coló el año pasado. El cuadro de Rick Carlisle empezó el año con muchas dudas y se vio en una situación no mucho menos alarmante que la de los Kings cuando su balance llegó a ser de 10-15 hace unas semanas, pero ha empezado a encauzar la situación a base de triunfos como el de esta madrugada. Y ahora, a solo medio partido del sexto puesto, las cosas empiezan a verse de otra manera.
Dominio total
Asumiendo que no existe tal cosa como una victoria fácil cuando se juega al más alto nivel, esta tuvo todos los ingredientes para poder ser considerada como tal. Los visitantes pisaron el acelerador tras el descanso y nunca más vieron por el retrovisor a los Kings, que se fueron descolgando y nunca hicieron siquiera amago de remontada. De hecho, la distancia creció de forma exponencial hasta llegar a los 30 puntos durante el último cuarto, con cada vez más Pacers sumándose a la fiesta y con los locales mirando el crono con ganas de que avanzara más rápido.
Hasta siete jugadores de Indiana terminaron la noche en dobles dígitos, liderados por Pascal Siakam y sus 19 tantos a los que añadió 10 rebotes. Myles Turner, con 15, fue el segundo en esta materia, mientras que Tyrese Haliburton y Ben Sheppard llegaron a los 14 tras convertir cuatro triples cada uno.
Sacramento, por su parte, trató de apoyarse en el baloncesto de De’Aaron Fox y Domantas Sabonis, que intentaron tirar del carro con 23 puntos y un doble-doble de 17 tantos y 21 rebotes respectivamente, pero las contribuciones del resto no ayudaron a sobrevivir al arreón visitante. DeMar DeRozan firmó uno de sus choques más intrascendentes y se quedó en un 1/7 en tiros de campo, mientras que la segunda unidad se vio completamente arrollada por el banquillo visitante, en el que todos sumaron. Así, no hubo manera de competir para los de Brown, que, aun sin estar a una distancia insalvable de la lucha por la postemporada, sí empiezan a transmitir la sensación de verse sobrepasados por la situación.
