Los Orlando Magic han sufrido tal mala suerte con las lesiones este año que en las oficinas ya han puesto en busca y captura a la persona que les está haciendo vudú. Pero en lugar de para vengarse, es posible que sea para darle las gracias. Porque de alguna manera, esta plaga de bajas ha hecho a los de Florida darse cuenta de que tienen una plantilla más profunda de lo que nadie habría imaginado nunca.
Los de Mosley han obrado esta madrugada su enésimo milagro al doblegar ni más ni menos que los Boston Celtics, a quienes se han impuesto por 108-104 para sumar la que seguramente sea su victoria más meritoria de lo que va de curso. Porque, aunque es cierto que los de Mazzulla estaban sin Jayson Tatum, los locales han logrado sacar el choque adelante sin Paolo Banchero, Franz Wagner y Mo Wagner, este último añadido recientemente a la lista de ausencias, lo cual supone perder a tres de sus cuatro máximos anotadores que promedian un total de 66,3 puntos entre todos ellos.
Nuevos líderes
Y Orlando ha conseguido que no importe. Primero por su defensa, que hace que no se descuelguen de los partidos incluso si pasan por tramos de atasco ofensivo, y en segundo lugar porque parece que siempre hay alguien dispuesto a asumir las responsabilidades que quedan vacantes. Esta madrugada, hasta cinco jugadores de la plantilla han terminado en dobles dígitos en anotación, incluyendo a hombres de los que se esperaba más bien poco y que han dado un paso adelante gigantesco.
Sin ir más lejos, el rookie Tristan da Silva ha sido el encargado de comandar la anotación del equipo con 18 puntos, incluido el triple que puso el 108-104 a falta de 9 segundos y selló el triunfo local, mientras que el jugador two-way Trevelin Queen, que había disputado un total de 5 minutos en toda la temporada secundó su actuación con 17. A ello se sumaron los 16 de Jalen Suggs, que está asumiendo galones en ataque con una solvencia inesperada, y los 11 y 10 que aportaron desde el banquillo Wendell Carter Jr. y Cole Anthony respectivamente, dando forma así a una rotación que dio poco que esperar pero mucho que ofrecer.
Jalyen Brown se queda solo
Por el contrario, Boston lo fio todo a un Jaylen Brown que, con 35 tantos, se echó sin éxito el equipo a la espalda para tratar de evitar la debacle. El alero fue prácticamente el único en dar la cara en una segunda mitad en la que los visitantes se vieron devorados por la agresividad de la defensa rival y se quedaron en unos pobres 46 puntos, lo que permitió a los Magic remontar una diferencia que había llegado a ser de 15 tantos. Kristaps Porzingis, que sumó 11 de sus 17 tras el descanso, fue su principal apoyo en este tramo, pero lo cierto es que prácticamente toda su anotación llegó desde el tiro libre (13/14) y su acierto de campo fue bastante pobre (2/10).
Este resultado, sumado a la victoria de los Cavaliers ante Utah, abre aún más la brecha en la pelea por el primer puesto del Este, que es ya de 3,5 partidos, lo que complica a los Celtics tener la ventaja de campo en unas hipotéticas Finales de Conferencia ante Cleveland.