No importa cuánto tratemos de estrechar el concepto de ‘unicornio’ en la NBA. Victor Wembanyama y Giannis Antetokounmpo son ejemplificaciones magníficas de ello.
Y no necesita beber de los triples el segundo para ser considerado uno más. Puede, incluso, que el más paradigmático de cuantos hay.
El MVP, evidenciando por qué fue MVP
Anoche, tuvo lugar este gran duelo de gigantes. Jugadores que son una amenaza para el aro siendo lo de menos a cuánta distancia reciben el balón de él.
El francés, de manera contraintuitiva, tirando triples a ritmo de Stephen Curry. El griego, sálvese quien pueda, como el bulldozer arrollador de siempre.
Uno brilló en el Fiserv Forum mientras el otro fue una tenue sombra, al que poco le sirvió este juego de placajes en el calentamiento, que no fue sino el roce de una pinocha al caer comparado con lo que vendría después.
Ganó el partido y el duelo personal el más experimentado de los dos.
Que un día Wemby reinará, es algo que ocurrirá y sólo las lesiones podrían impedirlo. Pero que éste es todavía el momento de Jokic y Anteto como referencias absolutas a toda cancha, es otra realidad difícilmente refutable.
A la mesa de Kareem
Los Milwaukee Bucks se impusieron a San Antonio Spurs por 121 a 105 en Wisconsin, donde Wembanyama (que prometía con un triple a un pie y un canastón a aro pasado sorteando a Giannis) se quedó en 10 tantos, 10 rebotes, 2 robos y 3 tapones (muchos jugadores terrenales firmarían tener esos promedios).
Mientras, Antetokounmpo se marchó hasta los 25 puntos, 16 rebotes y 8 asistencias, un doble-doble que le valió para alcanzar los 432 dobles-dobles y superar, así, el récord de la franquicia en poder de, nada más y nada menos, Kareem Abdul-Jabbar.
Los Bucks vuelven por sus buenos fueros
Como conjunto, los Bucks salieron fuertes y motivados, dispuestos a comerse a un oponente que se está blindando en la zona media del Oeste, y en los dos primeros cuartos ya abrieron una brecha considerable que les permitió alcanzar el ecuador con una renta de veinte tantos.
Conscientes de que anular a su jugador franquicia implicaría una ventaja tanto numérica como anímica, Gannis (por altura) y A.J. Green (por raza y convicción) se pegaron al galo como una lapa, amargándole la mayor parte de la velada y dejándole en sólo diez tiros, incapaz de abordar los tableros como suele, obteniendo rédito de su verticalidad y envergadura.
Como muestra, la siguiente jugada:
Cumplió Lillard
Damian Lillard concluyó como el máximo exponente ofensivo de los Bucks, con 26 puntos, destacando también los 22 de Brook López.
Por los de Popovich, sólo Keldon Johnson se libró desde la quema desde el banquillo, con 24 tantos, pero la rotación al completo de los Spurs se vio ampliamente superada ante unos Bucks que cuando se arremangan, compiten mucho mejor, y anoche exhibieron las diferencias entre un conjunto en formación y otro aspirante, deseoso de dejar atrás la resaca que sucedió al triunfo de la Copa.
(Fotografía de portada de Jeff Hanisch-Imagn Images)