Los Indiana Pacers han ido dado un vuelco a su temporada durante el último mes de competición, algo que es posible que hayan sublimado esta madrugada. El conjunto de Indianápolis ha puesto fin a la racha de 12 victorias seguidas de los Cavaliers al imponerse en el Rocket Mortgage Center por 93-108, convirtiéndose en el segundo equipo en tumbar a Cleveland en su pabellón y escalando a la quinta plaza de un Este del que vuelven a ser una de las referencias.
Los de Carlisle, que suman su sexto triunfo consecutivo, han ganado así 12 de sus últimos 15 encuentros, incluyendo entre ellos un triunfo en el TD Garden de Boston. Este buen momento no llega por tanto a costa de un calendario sencillo, sino que es la prueba de que están volviendo a encontrar aquello que los llevó a las Finales de Conferencia hace menos de un año.
Haliburton a vestuarios
Indiana logró el triunfo sin necesidad de Haliburton, que técnicamente estuvo presente pero pasó por el partido sin pena ni gloria hasta que tuvo que abandonarlo. El base participó en la primera mitad, en la que sumó 2 puntos y 5 asistencias, pero al descanso los Pacers anunciaron que había sufrido un tirón en el isquiotibial izquierdo, y que no volvería al encuentro, lo que, con los visitantes 13 abajo (53-40) parecía un problema difícil de solucionar. Y sin embargo, se convirtió casi en una bendición.
La defensa de Indiana frenó en seco al mejor ataque de la liga, al que dejó en unos pobres 40 tantos en 24 minutos. Incapaces de encontrar su ritmo desde el perímetro, Cleveland se quedó en un 2/17 en triples tras el descanso, y nadie parecía encontrar la forma de atacar la pintura para sacar al equipo del atasco. Casi por primera vez en lo que va de curso, los líderes parecieron inoperantes en este sentido, lo que dio alas a unos Pacers que cambiaron drásticamente el guion del choque.
Pascal Siakam y Andrew Nemhard, que en los dos primeros cuartos habían estado bastante desacertados, mostraron también una versión totalmente distinta tras el descanso, en su caso para mejor. Con 14 y 13 puntos en la segunda mitad, terminaron con 18 y 19 respectivamente, comandando una reacción que no necesitó de exhibiciones ofensivas gracias a su buen rendimiento atrás y al funcionamiento coral del equipo, que contó con seis hombres en dobles dígitos.
La derrota es poco dramática para los Cavs, que siguen afianzados en la primera posición y cuentan con margen de sobra, pero sí sirve para recordarles que si quieren llegar a lo más alto tendrán que superar a rivales complicados por el camino. Para los Pacers, por su parte, sí que sirve como un subidón de confianza que confirma que todo lo que venían haciendo está dando sus frutos, y que están capacitados para ser un equipo tan peligroso como llegaron a ser hace unos meses.
(Fotografía de portada: Ken Blaze-Imagn Images)
