Phoenix Suns: un quiero y no puedo

Los Suns quisieron, lo intentaron, la tuvieron (tiro ganador de Durant)... pero fallaron una vez más. Aunque ayer hubo un culpable en especial: Ja Morant, principe del 'clutch' y rey de la remontada.

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Por Redacción

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No se puede decir que no lo estén intentando ¿Qué otra cosa vas a hacer cuando lidias con la plantilla más cara de la NBA, que lo es, además, dieciséis millones por encima de la segunda (T-Wolves)?

Mike Budenholzer demostró valentía cuando se atrevió a quitarle la titularidad a Bradley Beal, como falta de imaginación y recursos cuando devolvérsela ha sido su último truco para tratar de salvar una situación que empieza a tener tintes de insalvable.

Ayer puso toda la carne en el asador como ya hiciera con los Chicago Bulls. Pero con un ligero matiz: los Bulls no son los Grizzlies.

Tomada la medida

El conjunto que entrena Tylor Jenkins es un equipazo global y bestia negra particular de los Phoenix Suns este curso, habiéndoles vencido en los tres duelos en que se han visto las caras, y quedando todavía uno más por dirimir, dentro de dos semanas.

Esta ha sido la ocasión que más cerca han tenido la victoria los de Arizona, llegando incluso a acarciarla cuando a falta de 10 segundos para el final iban cuatro puntos arriba en el marcador.

Entonces tomó el control de la situación el D-Rose de Tennessee. Ja Morant.

«Big-time players make big-time plays in big-time «

Aaron Donald, defensive tackle y leyenda retirada de Los Angeles Rams, enunció hace unos años esta frase que anoche Morant hizo suya.

El base venía serigrafiando un partido tan intenso como fallón. ¿Cómo suena un 0 de 11 en triples para jugarte, desde el triple, la canasta que, si yerras, te manda derrotado a casa ante tu afición?

La NBA y sus (maravillosas) cosas.

Morant clavó ese triple bien defendido y lanzando en total desequilibrio.

Pero no habían terminado el trabajo. Los Grizzlies aún perdían de uno, y no les quedaba otra que forzar la falta y mandar a los Suns a la línea de tiros libres para disponer de una posesión más.

Fue Grayson Allen, un jugador de 86% desde la personal en sus siete años en el circuito, quien recibió el manotazo. Y falló el primero.

La canasta del empate ya no tenía porqué ser de tres puntos. Bastaba con una de dos. Y otra vez Morant, con un 35% de acierto en tiros en el ‘clutch’ esta temporada, firmó un floater a una pierna con sello propio.

Con la suerte de espaldas KD

El subidón de serotonina que experimentó el FedExForum en ese instante habría quedado reducido a polvo si Kevin Durant hubiese metido ese fadeaway que tantas y tantas veces le hemos visto anotar, como pura rutina, a lo largo de su carrera.

Phoenix Suns: un quiero y no puedo

Pero estos Suns desalmados arrastran incluso a KD con ellos. Y poco se les puede achacar ayer al menos en ataque, donde el Big Three sí pareció un Big Three por una vez.

  • Kevin Durant: 26 puntos, 8 rebotes, 7 asistencias.
  • Bradley Beal: 24 puntos, 11 asistencias.
  • Devin Booker: 28 puntos, 10 asistencias.

La puntilla en la prórroga

En la prórroga hubo un segundo nombre clave para hacer buena la épica de minutos antes de Morant.

El novato Jaylen Wells cerró la velada con 19 puntos, incuídos siete en el tiempo añadido, y el mate que bajó el telón a falta de nueve segundos para el bocinazo final.

Durant, con todo, tuvo acción de nuevo, esta vez para empatar a falta de 2,9 segundos y forzar una segunda prórroga, pero Jenkins planteó una gran barrera exterior, forzando a KD a recibir por dentro y demasiado lejos del triple… y aún así su lanzamiento no entró por centímetros.

Su última bala: Bol Bol

Tal vez porque en frente estaba una torre (con la movilidad de una torre) llamada Zach Edey, o porque a situaciones desesperadas, acciones desesperadas. El caso es que Bud no sólo repitió anoche el movimiento de pizarra de devolver a Beal a la titularidad.

También se la dio a Bol Bol.

El sudanés ha pasado del ostracismo absoluto a contar para su técnico como pieza habitual de su rotación. Hasta el 7 de febrero, nada. Desde el día 8, casi veinte minutos de media por partido.

Y ayer no solo sumó la tercera titularidad de la temporada, sino que estuvo en pista también en los instantes calientes, incluido el bofetón final tras lo que fue un duelo espectacular que tuvo hasta 23 cambios de liderazgo y que con su 151-148 final se convierte en el partido con más puntos totales (299) en la historia de Memphis.

El ala-pívot brilló con 23 puntos (8 de 11) y 8 rebotes en 32 minutos, siendo de repente mucho más importante que el recién fichado Nick Richards que venía a salvarlos de la zozobra interior.

Grizzlies y Suns: realidades opuestas

De haber ganado, de haber entrado ese mid-range de Durant, estaríamos dedicando unas buenas líneas a la osadía y maestría de Budenholzer. Pero nada de esto tiene peso real cuando pierdes.

Jaren Jackson Jr. anotó 28 puntos antes de ser expulsado por faltas en la cuarta manga. Desmond Bane sumó 25 puntos y 9 asistencias mientras Ja Morant acabaría con 29 puntos e indiscutido héroe de la velada (a pesar de su noche de extremos en el triple), anotando los 11 puntos finales de los Grizzlies en el último periodo para llevar el duelo a la prórroga, donde se demostró que ser una franquicia aspirante también tiene mucho de factor anímico y psicológico.

Con este triunfo, los Grizzlies empatan de nuevo en la segunda plaza del Oeste con los Denver Nuggets, que no jugaron en la jornada de anoche, mientras los Suns suman su sexta derrota en los siete últimos partidos, quedándose a dos de los Sacramengo Kings, poseedores de la ansiada décima plaza del Oeste.

(Fotografía de portada de Petre Thomas-Imagn Images)

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