El entrenador de Los Angeles Lakers, JJ Redick, se enfrentaba a su primer partido de playoffs como entrenador. Fue un bautismo de fuego. «Cuando los Wolves elevaron su tono físico, no estuvimos preparados para igualarlo», asumió en rueda de prensa el técnico tras la clara derrota de su equipo en el primer partido ante Minnesota.
Redick volvió a plantear el encuentro desde los quintetos pequeños. Quitando a Jasxon Hayes apenas corría el cuarto minuto de juego y dándole solo 8 minutos en pista. Minnesota aprovechó esa ventaja de tamaño para avasallar en ambos lados. «Si no está en cancha, básicamente soy el jugador más alto ahí fuera», señalaba un Jaden McDaniels que se fue a los 25 puntos en 13 tiros. «Nadie me pudo parar bajo el aro porque Jasxon Hayes no estaba en pista».
A Redick le faltó cintura
El planteamiento del técnico de los Lakers se basa sobre todo en la versatilidad defensiva y la capacidad de abrir la pista en ataque. Pero com los Wolves imponiéndose en los tableros pasado el primer cuarto y la poca fluidez ofensiva que mostraron los angelinos, quizás podría haber cambiado las cosas. Sobre todo al ver que Chris Finch reducía los minutos de Rudy Gobert sin peaje defensivo y reboteador.
Afortunadamente para Redick y los Lakers, quedan al menos cuatro partidos para ajustar esquemas y esfuerzos. «Quizás nos tome un partido de playoffs para ser conscientes de la intensidad y nivel físico que tenemos que poner», analizaba LeBron James ante la prensa. «Esa es la forma de jugar que ellos tienen. Así que debemos estar más preparados para ello el próximo martes».
(Fotografía de portada de Jerome Miron-Imagn Images)
