La temporada de los Denver Nuggets llevó a su fin de manera bastante dolorosa. Tras una serie brillante, el cuadro de Colorado no pudo aguantar la furia de los Thunder en el Game 7 y cayó por un abultado 125-93 en un choque que evidenció más que nunca los problemas de profundidad de plantilla del equipo, algo que el propio Nikola Jokic reconoció tras la derrota.
«Sí, sin duda necesitábamos un banquillo más profundo», admitió el serbio tras la derrota. «Creo que hemos jugado de una manera en la que es muy complicado para los jugadores dar un paso adelante, sobre todo en playoffs y ante dos equipos realmente buenos como los Clippers y OKC».
De hecho, Jokic hizo ver que, en la NBA actual, la profundidad de plantilla en postemporada está siendo, en contra de lo que dice el mito, muy importante. Algunos de los equipos con rotaciones más completas son los que están llegando más lejos, pues no solo es fundamental contar con más efectivos disponibles en una era de ritmo tan elevado y defensas tan agresivas, sino que, incluso para jugar con siete u ocho jugadores, no es lo mismo poder elegir qué siete salen a jugar que usar a los únicos siete válidos.
«No le puedes pedir a alguien que ha estado 20 o 30 partidos sin jugar que salga y esperar que rinda bien. Da la sensación de que son precisamente los equipos con rotaciones más largas y banquillos más profundos los que están ganando. Ahí están Indiana, OKC y Minnesota».
Más mermados aún
Pero es que los Nuggets, ya con una plantilla corta de por sí, han visto cómo esta se estrechaba aún más por culpa de las molestias físicas, que si bien no han impedido a algunos jugadores salir a pista sí les han impedido dar el 100%. Michel Porter Jr. lleva jugando con el hombro lesionado todos los playoffs y sus datos de acierto se han resentido, y Aaron Gordon jugó el Game 7 sin esprintar por culpa de su rotura de femoral.
A efectos prácticos la rotación ha sido pues de siete hombres, con Julian Strawther tratando de entrar como el octavo pero sin ser capaz de rendir más allá del Game 6. Y jugar con siete ante un equipo tan profundo y tan físicamente exigente como estos Thunder acaba llevando a lo que se vio anoche. Más aún si de esos siete uno está jugando con un solo brazo sano y otro con una sola pierna.
(Fotografía de portada: Alonzo Adams-Imagn Images)
