Tampoco era difícil. Hay veces que los partidos, y más de playoffs, crean polémica por la forma en el que se acaban decidiendo o por lo que sea, pero es que el tercer choque de las finales del Oeste entre Minnesota Timberwolves y Oklahoma City Thunder da poco margen al debate, algo que comparten sin tapujos los entrenadores de ambos equipos, Chris Finch y Mark Daigneault, respectivamente.
Empezando por el perdedor de la noche, un Mark Daigneault que está realizando un excelente trabajo con OKC, este entiende que entrar al partido con cierto grado de relajación les sacó de la pelea inmediatamente… y sin remedio.
«Esta noche mantuvieron el pie en el acelerador y nunca logramos tomar impulso en el partido. Creo que su presión defensiva y su físico destacaron desde el principio. Sin duda, fueron los primeros en dar el golpe», expresa.
Cuestionado igualmente por lo que se vio sobre el parqué, su homólogo en la organización de Minneapolis coincide en lo importante que fue marcar un tono físico que superó por completo a unos Thunder que llegaban lanzados tras poner el 2-0 en la eliminatoria.
«Simplemente fuimos más agresivos en todos los aspectos y, además, más pulcros en varios aspectos del juego. No cometimos faltas y nuestra competitividad estuvo en su punto más alto. En cuanto a Shai… Es un jugador fenomenal y no va a tener muchas noches como esta, así que nos sentimos afortunados», sentencia Finch.
Shai Gilgeous-Alexander, dominado
Cuestionado por el mal partido de IKC, Shai tiene claro que la floja defensa que exhibieron provocó de igual modo que viviesen en un continuo atasco ofensivo.
«Estuvimos sacando el balón de la red durante la mayor parte del partido y eso les permitía recuperarse y armar su defensa. No importa quién seas en la NBA: contra una buena defensa es difícil anotar si están preparados. En los dos partidos anteriores no ha sido así. Hemos sido capaces de frenarles, correr y jugar. Cuando sacas el balón de la red cada vez que defiendes, se hace muy difícil», afirma el MVP de la temporada 2024-25.
(Fotografía de Alonzo Adams-Imagn Images)