La ring culture, esta idea de que la valía de un jugador de baloncesto se basa en cuántos anillos ha ganado, está sorprendentemente extendida y se ha vuelto cada vez más común en cualquier debate sobre la NBA. Algo que LeBron James considera absurdo. El de los Lakers ha afirmado que convertir los éxitos colectivos en el único argumento a la hora de comparar jugadores es injusto, señalando que deja fuera de los más grandes a hombres que, por calidad, merecen indiscutiblemente esa consideración.
«No entiendo lo de ponerle peros a alguien porque no fue capaz de ganar en un deporte de equipo. No sé dónde empezó, pero es muy raro. Parece que nada es suficiente» afirmó el alero en su podcast Mind the Game junto a Steve Nash, a quien usó como ejemplo de lo absurdo que llega a ser este reduccionismo.
«No sé por qué es un tema tan común en nuestro deporte y por qué se trata como si fuera el fin único de todas las cosas. Parece que no puedes ser un gran jugador porque nunca ganaste un anillo, o que si solo ganaste uno no puedes estar en la misma conversación que otra persona que ganó más. ¿Me vas a decir en serio que Allen Iverson, Charles Barkley o Steve Nash no eran jodidamente increíbles».
«Un anillo es un logro colectivo, y si consigues llegar a ese momento con tu equipo es algo a valorar. Podemos hablar de si este equipo o este otro fue el mejor. Pero espero que reconozcamos un poco más lo que algunos jugadores han sido capaces de lograr».
Esto que critica LeBron es bastante común en redes sociales, donde la conversación tiende a simplificarse a meros números, y ha sido en cierto modo heredado por los problemas de tertulia deportiva estadounidenses. Al fin y al cabo, es mucho más sencillo hablar de quién ganó más que hacer análisis profundos del juego, lo que hace que sea un discurso tan repetido.
Lo más curioso es que es un discurso con el que ni siquiera se es del todo consistente. El propio LeBron James parece eternamente obligado a competir con los seis anillos de Michael Jordan, pero los seis que ganó también Kareem Abdul-Jabbar o los 11 que conquistó Bill Russell se dejan siempre fuera de estas conversaciones. Porque al final el objetivo nunca es debatir, solo reforzar la idea de que tienes razón.
(Fotografía de portada: Matt Blewett-Imagn Images)