El primer día de agencia libre dejó poco movimiento grandilocuente. Aun así, las pequeñas miguitas que cayeron de la apertura del mercado dan para delinear el rumbo de varias franquicias. Hoy recupero unos cuantos pensamientos sueltos de lo que han sido las últimas horas en la actualidad NBA y dónde pueden acabar llevando a sus protagonistas.
Guerra no muy fría entre Lakers y LeBron James
Ya está servido el culebrón en Los Angeles. Una franquicia donde el drama siempre es bien recibido. ¿Cómo va a llenar si no programas Stephen A. Smith? ¿Hablando de baloncesto? El domingo pasado, como ya todos sabréis, LeBron James aceptó su opción de jugador por 53 millones de dólares. Y, en el mismo dictado que Rich Paul le hizo a Shams Charania para publicar en ESPN, el cuatro veces MVP y campeón dejó claro que su único objetivo era conseguir otro anillo lo antes posible y que, de no considerar que los Lakers hacían el esfuerzo por conseguirlo en el corto plazo, buscaría dónde hacerlo.
Ni 24 horas después, Rob Pelinka cerraba el primer día de agencia libre dejando ir a Dorian Finney-Smith, firmando a Jake LaRavia por 12 millones y dos años y, sobre todo, sin reforzar la posición interior que tanto demandó el equipo durante los pasados playoffs. Brook Lopez, Clint Capela y Luke Kornet ya no están disponibles. Y ahora los Milwaukee Bucks se postulan como favoritos a hacerse con DeAndre Ayton.
Esta sucesión de acontecimientos podía ser una declaración de intenciones por parte de Pelinka. Aunque también puede que simplemente hubiesen fallado el tiro en esas ofertas y hubiesen perdido la negociación en todos los casos. Por si había atisbo de duda, Dave McMenamin, el periodista más cercano a la actualidad de los Lakers en ESPN con permiso de Ramona Shelburne, desvelaba en la nota del fichaje de LaRavia que Pelinka está tratando de limpiar la situación salarial del equipo para el verano de 2027. Es decir, dentro de dos años para cuando James haya cumplido 42 primaveras.
En los últimos años, gerencia y jugador se han acostumbrado a estar en una tregua no del todo cómoda. Un tira y afloja que la llegada de Luka Doncic ha puesto de cara para Pelinka. No es la primera vez que LeBron amenaza más o menos veladamente con su marcha. Esta parece la más creíble de todas.
Si James fuerza su salida, acabará saliendo más o menos donde él quiera porque, junto a Bradley Beal, es el único jugador de la liga con cláusula anti-traspaso. En el horizonte aparecen opciones como Miami Heat, Cleveland Cavaliers, Dallas Mavericks o Denver Nuggets. Su mercado, dada la dificultad de encajar esos 53 millones de salario, no parece excesivamente amplio.
Los Denver Nuggets no quieren sobresaltos
Hacía tiempo que los Nuggets no se movían con tanta urgencia en el mercado. Seguramente desde el verano de 2022. Pero si aquella vez Kentavious Caldwell-Pope y Bruce Brown llegaban para dar un evidente salto de calidad al conjunto de Colorado, lo de ayer fue algo distinto. A efectos prácticos Denver cambió a Russell Westbrook por Bruce Brown y a Michael Porter Jr. por Cam Johnson. Lo cuál les ahorra 17 millones de espacio salarial y desbloquea la mid-level exception completa de 14 millones.
Más allá de las razones financieras detrás de sendos movimientos, también hay cierto patrón en lo deportivo. Incluso en el año de su campeonato, los Nuggets han sido un equipo de máximos. Es decir, demasiado dependiente de que todas sus piezas rindan a su más alto nivel para ser aspirantes con todas las de la ley. Y varias de sus piezas más importantes en los últimos años son jugadores de naturaleza irregular. De grandes picos y valles. Jamal Murray, MPJ, Russ… Solo Nikola Jokic y Aaron Gordon han sido una constante.
Y parece que el nuevo rumbo es librarse de esa volatilidad. Brown y Johnson quizás no sean mejores jugadores al peso que Westbrook y Porter Jr. Pero sí son más consistentes. Sobre todo en el apartado defensivo. Lo que se traduciría en que eligen un menor techo por asegurarse un suelo más alto.
Los Nuggets han vivido la experiencia Russell Westbrook completa durante este curso, capaz de encadenar jugadas nefastas y ganadoras en la misma secuencia. Porter Jr. no es tan caótico, pero sí mezcla constantemente actuaciones de un anotador imparable desde el off-ball con partidos en los que parece ausente. En parte por su carácter y, especialmente, por su tendencia a las lesiones. Lo ideal sería poder aprovecharse de esas cimas de genialidad mientras el suelo lo ponen otros. Sin embargo, el nuevo convenio y las malas decisiones del pasado han obligado a Denver a escoger una cosa o la otra.
La conexión entre D’Angelo Russell y Anthony Davis
Pasar en unos meses de Luka Doncic a D’Angelo Russell como manejador principal debería ser deprimente. No lo es para Nico Harrison, que sigue celebrando la llegada de Cooper Flagg como si hubiese sido parte de su visión. Russell es un base de perfil lejano a lo que se conoce como director de orquesta y tiene unos problemas defensivos difíciles de paliar. Además, en la máxima élite se ha demostrado que su versión más aceptable es la que pasa largos tramos sin balón y como generador de apoyo en segundo plano.
Pese a todo, vengo a romper una lanza en su favor. Russell ha vivido una época bastante tétrica en lo que se refiere al desarrollo ofensivo de los Lakers. Las carencias de espaciado que ha tenido el equipo durante la mayoría de su estancia complicaban incluso lo que debería de ser un básico del ataque angelino en tiempos recientes. El pick-and-roll con Anthony Davis.
Estos Dallas Mavericks van a tener problemas muy similares. Porque también cuentan con Davis, con otros dos interiores sin tiro de tres y un Flagg que, a pesar de haber mejorado mucho en esa faceta desde que cumplió los 18 años (45%), aún debe demostrarlo en el escenario profesional. P.J. Washington, el supuesto mejor tirador del quinteto titular, no ha superado nunca el 38% de acierto exterior.
Es ahí donde la sinergia entre DLo y Davis cobra sentido. Russell no podrá alimentar un sistema como los grandes bases de la liga. Sí que puede hacerlo con el interior en particular. Desde su llegada hasta su salida de los Lakers (febrero de 2023 a diciembre de 2024), Russell repartió 221 asistencias en 143 partidos a AD entre regular y playoffs. De lejos al que más y, en ese periodo, solo superadas por las 394 de LeBron James. La mayoría ejecutadas desde el bloqueo y continuación. Por lo menos tienen un punto desde el que empezar a construir su ataque los Mavs.
La mala suerte se ceba con Detroit
Cuando un proyecto se rompe es habitual detallar la cronología de por dónde se empezó a resquebrajar. Aún es demasiado pronto para ser tan agoreros con los Detroit Pistons. Que como quien dice acaban de nacer y se pueden permitir un par de repechajes antes de asentarse definitivamente en la nobleza del Este. Ahora bien, lo de Malik beasley puede ser un duro palo para ellos.
No sé hasta qué punto Trajan Langdon conocía que se iba a poner en marcha una investigación sobre su jugador. Lo cierto es que parece que las sospechas sobre Beasley y las apuestas les ha pillado de sorpresa y sin demasiada capacidad de rectificar. Seguramente jugador y franquicia ya tuviesen apalabrada la renovación por un salario intermedio entre la mid-level de pagador de lujo y la completa. Y todo se haya caído como un castillo de naipes.
Caris LeVert es buen fichaje para suplir esa creación que se marcha con la salida de Dennis Schröder, importantísimo a la hora de resolver los problemas del equipo en el clutch durante el último tramo de campaña. Pero Beasley dotaba al equipo de una estructura ofensiva impagable con su mera presencia. No solo revolucionando partidos con su anotación desde el banquillo, sino multiplicando espacios para Cade Cunningham y compañía cuando estaba en cancha. Aunque su temporada fue antológica y quizás irrepetible, el gran cambio de los Pistons estuvo en espaciar el ataque, que venía de ser irrespirable con Monty Williams en el banquillo.
Todo ello puede hacer que Detroit baje un escalón justo cuando convenía subirlo. Las lesiones de Damian Lillard, Jayson Tatum y Tyrese Halliburton dejan, a priori, un hueco a ocupar. Y que Orlando Magic y Atlanta Hawks ya han corrido a acechar desde las oficinas. El escándalo que rodea a Beasley puede apartar a los Pistons de esta lucha en un momento de claro despegue. Qué frágil puede ser la ilusión en la NBA.
PD: Recomiendo leer a Tom Haberstroh sobre el caso de Beasley, al que investigan por un partido concreto de enero de 2024. No porque su investigación sirva en ningún proceso judicial, pero sí porque ha sido el único al que he visto indagar en el asunto con mayor detalle.
(Fotografía de portada de Imagn Images)