Hoy tenían que converger dos cosas para que sucediese lo improbable: que Alemania se sobrehumanizase y que Finlandia jugase a un nivel cuasi divino. Si fallaba una de ambas, el primer finalista de este EuroBasket 2025 estaba casi cantado.
Alemania, un grupo más desarrollado, maduro y veterano, fue simple y llanamente superior a una Finlandia que, aunque ha roto esquemas a lo largo del torneo, ha volado (y pendido) primordialmente sobre los hombros de Lauri Markkanen. Y ‘sin la abuela a los fogones’, el puchero pierde casi todo su avío.
Alemania ha derrotado a la selección escandinava por 98–86, liderada por un enorme Dennis Schröder (26 puntos y 12 asistencias), fantásticamente escudado por Franz Wagner (22 tantos), Tristan Da Silva (13), Daniel Theis (10 puntos, 11 rebotes) e Isaac Bonga (10 puntos, 5 rebotes).
Tres jugadores con presente y dos con pasado NBA. No es coincidencia.
Mientras, los finlandeses necesitaban la versión más arrolladora de su único NBA para resultar una verdadera amenaza. Pero sus triples –innegociables para contestar todos los que entrarían del bando teutón (14 de 35 para un 40%)– hoy fueron rechazados por el aro en su mayoría, para un pobre 2 de 9.
Demasiada losa ante una campeona del mundo que volvió a lucir en Riga su exuberante músculo ofensivo.
Concentrados desde el balón al aire
El conjunto germano salió con las ideas claras, dispuesto a avasallar, permitiéndose recobrar el aire únicamente en los tiempos muertos.
Así, con dos primeros cuartos de 30 y 31 puntos, y sin apenas concesiones ante una Finlandia, con todo, luchadora (11 a 4 lideraron al inicio), se fueron al descanso catorce puntos arriba (61–47).
La reacción
Si todos (salvo la afición germana) ansiaban y esperaban una salida en tromba de Finlandia nada más regresar a pista, fueron prontamente abofeteados por dos acciones que amenazaron con elevar la renta a los veinte puntos.
Pero por fin, y tras encajar el golpe, vino, y con ella la esperanza: la renta llegó a ser de 18 (72–54), pero los Suomi –azuzados por el primer triple de Markkanen del partido– elevaron la temperatura del pabellón con un parcial de 11–0 que recortó la diferencia a solo seis puntos.
Pero ahí murió la tentativa, y no por falta de oportunidades, ya que el duelo tomó tintes de correcalles con bastantes fallos por ambos bandos y numerosos rebotes en ataque para volver a reiniciar. Pero la cuadrícula hoy no encajaba con el papel de cebolla. Y si Finlandia buscó la salvación en la curva, ella misma fue parte su perdición.
La curva y la línea
Solo anotaron tres triples menos que su rival con el mismo número de intentos, pero esos fallos además iban acompañados de un coste de oportunidad: no atacar la pintura y rehuir el contacto ante una terna arbitral de silbato fácil. Al menos así lo demostró Alemania, que visitó la línea de personal nada menos que 31 veces por las 18 de Finlandia.
Y a diferencia de España en la fase de grupos, ellos sí la supieron aprovechar (26 de 31).
Adiós con el mentón alto
Faltando dos minutos, el seleccionador Lassi Tuovi sentaba definitivamente a Markkanen (16 puntos, 8 rebotes) asumiendo la derrota mientras la joven sensación, Miikka Muurinen (12 puntos), sumaba sus últimas acciones de opulencia atlética y apunta muy fuerte al Draft 2027.
Finlandia, que tuvo en la tarde de hoy al jugador de la Serie A, Olivier Nkamhoua, como su hombre más efectivo (21 puntos, 8 rebotes), se despide con toda la dignidad de la competición donde ha arrasado con sus propias expectativas.
Hasta aquí la hazaña. La vigente campeona del mundo impuso su control, su profundidad y su ley. Y estará merecidamente en la Final por el primer puesto donde aguarda al ganador de la segunda semifinal entre Grecia y Turquía. Ocurra lo que ocurra, vendrán vientos del Egeo.
(Fotografía de portada de FIBA Eurobasket)