Llega la previa de la temporada 2025-26 de los Atlanta Hawks. Un equipo con la ambición de crecer en una Conferencia Este que busca a quién llene el vacío de poder. Datos, resultados de la temporada anterior, un vistazo a su plantilla, los objetivos del curso, el jugador a seguir y un pronóstico sobre la franquicia.
Atlanta Hawks 2025-26
Así encaran la temporada
Temporada de inflexión. Porque de lo que ocurra este año, los Hawks tendrán que tomar una decisión que ronda los 230 millones de dólares… ¡que ojo!… podrían haber sido mucho más.
Pero Trae Young –y a pesar de que la NBA facilitó las cosas hace dos años al instaurar la aposicionalidad en sus Mejores Quintetos– no ha logrado volver a ser All-NBA, algo que solo ha logrado una vez, en 2022, cuando formó parte del tercer quinteto.
Una bala de 350 millones y 5 años que felizmente han esquivado en Georgia, y ahora andan meditando si les compensa darle esos 229M x 4 al que viene de ser el máximo facilitador de la competición, con 11,6 asistencias. Cifras que no bastaron para convencer a periodistas y broadcasters, siendo obviado en beneficio de SGA, Curry, Haliburton, Brunson, Cunningham y Harden como rivales y homólogos de posición en los All-NBA.
No alcanzar el 50 por ciento de eFG% en un jugador que, de por sí, ya lastra y condiciona toda la defensa del quinteto, es razón suficiente para que todos duden a la hora de concederle premios, ya sea en forma de Mejores Quintetos o de extensiones multimillonarias.
Una extensión inevitable
Por el momento, los Hawks se hacen los remolones, pero como mercado mediano y poco atractivo a los grandes FA, está casi asumido que terminarán cediendo y que la renovación llegará.
Por un lado, porque un Trae Young de 26 años y al nivel que viene rindiendo, sigue siendo una estupenda punta de lanza con un abanico de virtudes que no abundan en la NBA. Por otro, porque los Hawks están sabiendo armarse para compensar cada vez más las carencias implícitas a su tamaño y tesón.
Un mercado provechoso
¿Qué han hecho este verano, pues, desde las oficinas? Pues varias cosas y bastante buenas, corrigiendo –o, al menos, atenuando– algunos de los desastres del último ciclo (como el de Terance Mann, por el que han tributado más veces que una herencia), aunque incurriendo en otros igualmente evitables (vender a Kobe Bufkin por casi nada).
Pero el balance global es positivo, porque marca el camino que quieren seguir y la identidad que pretenden forjar para 2026: un equipo con filo pero compensado. Capaz de anotar pero que se rige y erige desde atrás.
Varias salidas y sólo tres fichajes de calado; pero los tres cuidadosamente seleccionados.
Raza blanca, tirador
Para paliar la salida de George Niang y la no renovación de Garrison Mathews como dos de sus tiradores estrella, han apostado por uno que debería suplir en minutos y acierto a los dos: Luke Kennard, uno de los mejores triplistas de todo el circuito y excelente en sistemas donde poder aprovechar acciones de handoff, extra pass y defensas dobles: lo segundo y lo tercero no le va a faltar al ex de los Grizzlies con sus nuevos compañeros. Gran adquisición a un precio económico.
Un socio para Young y Kennard; un alivio para Daniels
El segundo fichaje es el de Nickeil Alexander-Walker, procedente de Minnesota; toda una inversión a largo plazo (4 x 62M) que ha sido posible gracias a la trade exception de 25,2 millones de dólares que obtuvieron en Atlanta con el traspaso de Dejounte Murray.
Estamos ante uno de los mejores agentes libres que ha cambiado de equipo este verano y que, con su llegada, Snyder tendrá ante sí la certeza de contar siempre con un gran stopper perimetral en todo momento, y dos al mismo tiempo cuando haga falta.
NAW es considerado un defensor de élite, y aunque Dyson Daniels es probablemente el mejor defensor de backcourt de la liga (subcampeón al DPOY 2025 y vigente MIP), Alexander-Walker destaca en dos aspectos defensivos concretos donde incluso supera a Daniels:
- Percentil 99 en ball screen navigation (su capacidad para moverse y superar bloqueos para mantenerse pegado a su marca).
- Percentil 98 en faltas ofensivas provocadas.
Estas dos armas, sobre todo su habilidad para superar bloqueos, serán clave en unos Hawks que la temporada pasada sufrieron un déficit claro en su hábitat exterior y dependían casi exclusivamente de Daniels en ese lado de la pista. Ahora respirarán con el cinturón mucho menos ceñido.
Dado que con Young y Kennard el equipo siempre tendrá al menos un eslabón débil en defensa, es esencial contar con jugadores como Alexander-Walker que puedan compensarlo. En playoffs, donde los ataques buscan la grieta en rotaciones cortas y emparejar constantemente al mejor ball handler con el peor defensor rival, su habilidad para navegar pantallas en las ayudas será vital.
Un NAW que, por si fuera poco, ha progresado también como jugador ofensivo off-ball, eligiendo los tiros y reconociendo sus momentos cada vez mejor.
La gran apuesta (expiring)
No sé cuál de estas dos cosas me gusta más, si la llegada de Kristaps Porzingis y el precio irrisorio por el que lo han negociado, o la marcha por fin de un Clint Capela que se hacía tremenda bola y no había manera de tragar.
Una no podía darse sin la otra, y de este movimiento nacen dos cosas: Snyder gana una amplitud interior tremenda, en función del tipo de ‘5’ que quiera (uno más puro como Okongwu, uno abierto con el letón), y la oportunidad de sumar a otra estrella al proyecto cuyo calibre e impacto irá muy ligado a su salud y al instinto del head coach para sacarle todo el partido posible en un conjunto que, como en Boston, no tendrá la misión de tirar del carro ni operar como primera espada.
Un Porzingis que con su mera presencia –y con y sin balón– tendrá la capacidad de producir juego y multiplicar amenazas de manera directa e indirecta, forzando double teams y abriendo espacios para que no pocos hombres con capacidad de ejecutar –Young, Daniels, Johnson, Okongwu, Risacher, Kennard– lo hagan.
Estos Hawks son, decididamente, lo bastante distintos a los de la campaña anterior como para que la química pueda ser un problema. Porque hay que crearla. Si lo logran, el cielo del Este es su techo.
El jugador a seguir: Jalen Johnson
Zaccharie Risacher, número 1 del Draft 2024, no ha enamorado pero tampoco ha decepcionado ni mucho menos en su primera temporada (caudal 3&D en desarrollo), y aunque en el quinteto inicial por el que nos hemos decantado se ha quedado fuera, las probabilidades de que Snyder prefiera –condicional o habitualmente– una alineación de menos centímetros y más dinámica, Okongwu saldría para darle los tableros a Porzingis y el enlace a Jalen Johnson, quedando Risacher como primer alero de la rotación.
Ahora bien, esta temporada no se ha ganado la mención de ‘Jugador a Seguir’, porque ese honor corresponde al hombre más prometedor, vibrante, enérgico y único capaz de poner en duda el cartelón de ‘jugador franquicia’ en Atlanta, y que tal vez se lo habría colgado ya si no hubiese sido por ese maldito desgarro de hombro (el izquierdo, por fortuna).
Jalen Johnson –todo un ex Duke– pasó de los 5,5 puntos de la 22/23 a los 16 puntos de la 23/24, y a los 18,9 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias, 1,6 robos y 1 tapón en la 25/26: todo ello en menos de 36 minutos y manteniéndose por encima del 50% de acierto en tiros de campo y con la irregularidad en el triple como único lunar (31,2%).
El triple-doble (solo suma dos en su carrera) empieza a orbitar en torno a él de manera natural, sin buscarlo. Y le encuentre o no, lo que esto nos dice es que Jalen Johnson está en aras de convertirse en un jugador capaz de absolutamente todo. Paradigma de versatilidad y arquetipo del comodín perfecto en cancha, el All-Star es su siguiente paso.
Un paso que ya debería haber dado en la 2024-25 y que solo la falta de tiempo y mecenazgo evitó, aplazándolo. Para la 25-26 debería volver plenamente recuperado y retomarlo donde lo dejó: en camino de convertirse en el avatar humano de los Atlanta Hawks.
El pronóstico de nbamaniacs
De las principales caras con las que dieron el pistoletazo al curso pasado (Young, Bogdanovic, LeVert, Hunter, Okongwu…) varias ya no están en lo que ha sido un relevo más que positivo sobre el papel.
La explosión de Daniels les permitió dejar de ser un pasacalles en defensa y se colocaron en la zona media de la Liga, con su ataque compartiendo misma situación (17º en offensive rating, 18º en defensive rating).
Por los fichajes realizados y la consolidación de lo que ya había, unido a un Trae Young que nunca ha estado tan idóneamente rodeado para sacar a relucir todo su repertorio, los Hawks tienen ante sí el contexto ideal para dar un golpe en la mesa y pelear por ser los dueños del Este.
Por encima de las 50 victorias. Y… de las 55.
Anterior equipo: Sacramento Kings. Próximo equipo: Orlando Magic.
(Fotografía de portada de Brett Davis-Imagn Images)