Cuando Dallas Mavericks adquirió a Anthony Davis lo hizo bajo el convencimiento de que haría una fantástica pareja con Kyrie Irving; sin embargo, dicho plan saltó por los aires al ver como el base All-Star sufría la rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. Pues bien, obviamente no han renunciado a ello, pero Jason Kidd ha trazado un plan para que se note lo menos posible la ausencia de su estrella.
Siguiendo la línea lógica respecto a los jugadores con los que cuenta en plantilla, D’Angelo Russell ejercerá de base titular, siendo su respaldo un Brandon Williams al que el head coach de los Mavs ha decidido dar galones de cara a que se puede convertir en una pieza importante de su esquema.
Lo cierto es que el base nacido en Los Ángeles mostró un muy buen rendimiento en la campaña pasada; tanto es así que la cerró con un promedio de 8,3 puntos y 2,3 asistencias con un 40 por ciento de acierto en triples, rendimiento al que ha dado continuidad en Las Vegas Summer League con 16 puntos y 4,5 asistencias. Kidd está convencido de que es el momento de que dé otro paso al frente en la NBA.
«Creo que al final del verano estuvo jugando a un gran nivel. Cuando está sano, es un problema para los rivales. Espero que siga creciendo. Es un jugador que entiende el ritmo y el marcador de los partidos y la manera en que atacamos. Cuando tenemos el balón, tiene que ser un líder. Es algo que tendrá que demostrarnos de nuevo este año», sentencia.
Una inoportuna lesión trastoca los planes
Cuando todo parecía ir viento en popa para Brandon Williams, este se ha encontrado con una distensión en el tendón de la corva, la cual fue comunicada por el propio Kidd el 1 de octubre. En principio se dijo que en una semana estaría listo para regresar a la acción, pero es el propio jugador el que ha llamado a la calma de cara a la posibilidad de que esté disponible para jugar esta próxima madrugada contra Charlotte Hornets. «Estoy trabajando día a día», explica.
(Fotografía de Jerome Miron-Imagn Images)
