Previa de la temporada NBA 2025-26 sobre Los Angeles Lakers. Datos, resultados de la temporada anterior, un vistazo a su plantilla, los objetivos del curso, el jugador a seguir y un pronóstico sobre la franquicia.
Los Angeles Lakers 2025-26
Así encaran la temporada
Acostumbra a decirse que cuando un equipo se mete en un gran traspaso a mitad de temporada, el año para medir el éxito del movimiento no es ese sino el siguiente. Al fin y al cabo, estas operaciones involucran tantas piezas y tan importantes que es difícil que la plantilla no quede desequilibrada, lo que hace obligatorio volver a ajustarla en la siguiente agencia libre. Y pocas veces esto ha sido tan cierto como en el caso de Luka Doncic y Los Angeles Lakers.
Si bien el foco mediático que siempre se pone sobre esta franquicia y el gran cierre de temporada regular elevaron las expectativas, bastaba con echar un ojo a la rotación interior tras la salida de Anthony Davis para ver que era utópico convertir ese plantel en un contender. Y si quedaba alguna duda, Minnesota se encargó de dejarlo claro en una primera ronda en la que dichas carencias teóricas quedaron más que expuestas en la pista.
Llegó entonces el turno de trabajar en verano. El movimiento que alargaba la vida de este proyecto ya estaba hecho, ahora tocaba pulir los recovecos de la plantilla para ayudarla a tocar techo. Una labor que se ha llevado a cabo con luces y sombras.
¿Parche o estrella?
‘Luces y Sombras’ sería probablemente el título de la biografía de Deandre Ayton, la incorporación más importante no tanto por su potencial rendimiento como por su posición. Tras concluir el pasado curso con Jaxson Hayes, Alex Len y Trey Jemison como pívots, era imperativo cerrar a un nuevo center que tapase el inmenso agujero que los de Redick tenían en la zona. Y siendo justos, dada su situación salarial y sus opciones de mercado, era difícil conseguir algo mejor. Pero la duda es si será suficiente.
Ayton mejora lo que había de forma exponencial, pero tampoco es muy difícil superar un listón que está a ras de suelo. Las garantías de que el listón se haya elevado a una altura decente, no obstante, son escasas. Su potencial siempre ha estado ahí, pero cuando a tus 26 años has salido por la puerta de atrás del equipo que te seleccionó en el número 1 del Draft y cortado de tu segundo destino es porque algo falla. Y es por tanto imposible tener plena confianza en que sea el pívot que necesitan los Lakers.
Pero no es todo negativo. Hablamos al fin y al cabo de un jugador que no ha bajado de los 14 puntos y 10 rebotes en ninguna de sus siete temporadas y capacitado para ejercer como finalizador gracias a su buena mano y posicionamiento. Y mirando el historial de Doncic, raro es el pívot que no ha ofrecido su mejor versión jugando a su lado. Los mimbres para una conexión fructífera están ahí.
Como también están los mimbres para que Redick sufra un infarto por culpa del pívot, que, precisamente por todas esas virtudes, puede resultar un jugador especialmente frustrante. No por su falta de talento, sino por esos momentos de aparente apatía y falta de conexión sobre todo en defensas. Por esos tramos en los que sientes que era mejor leer sus estadísticas que verlo jugar.
Un par de remiendos más
Todo lo contrario podría decirse de Marcus Smart, lo cual no quiere decir que llegue con menos dudas tras dos años alejado de contextos competitivos y con más ausencias que partidos. 54 encuentros disputados en dos temporadas no son bagaje prometedor pese a que sus virtudes son conocidas por todos, pero la necesidad de reforzar la defensa perimetral hacen de esta una apuesta en la que los angelinos se juegan mucho.
Smart no sería, sin embargo, el primer jugador del que muchos se olvidan y que es recuperado para la causa en cuanto cae en el contexto adecuado. Su edad no es tan avanzada (31) como para esperar ya un decrecimiento marcado, y es de hecho uno de esos jugadores nacidos para brillar más cuanto mejor sea el contexto que los rodea. Pero es cierto que, sin haberlo visto al 100% desde 2023, la sombra de la duda está ahí.
Lo cual es una noticia no solo peligrosa en sí misma, sino en el contexto de un conjunto que no va sobrado de especialistas defensivos. Jarred Vanderbilt no puede presumir de unos números mucho mejores que los de Smart en cuanto a disponibilidad, y Jake LaRavia, si bien suple el vacío dejado por Finney-Smith en cuanto a tiro exterior, está lejos de hacerlo en cuanto a agresividad y versatilidad atrás. Lo cual nos lleva al último punto.
La teoría de la manta
Los Lakers están obligados a ser brillantes en ataque. Por dos motivos. El primero, porque tienen las herramientas necesarias para ello. Y el segundo, porque seguramente no las tengan para serlo en la otra mitad de la pista.
La baja del mejor defensor del equipo, la llegada de un pívot que no es precisamente élite en ese sentido, y las dudas sobre la disponibilidad de los dos supuestos especialistas no dibujan un panorama especialmente esperanzador en lo que a frenar rivales se refiere. E incluso si nos subimos al carro de la teoría del cambio físico de Doncic y una presunta mejora en cuanto a sus prestaciones atrás, ni el más optimista lo imagina liderando al equipo en esta faceta.
En ataque, sin embargo, hay argumentos para creer que pueden compensar estas carencias a base de anotación. No vamos a descubrir a Luka como organizador de élite, LeBron y Reaves algo más liberados son un peligro para cualquier defensa, Hachimura se ha afianzado como tirador desde su llegada a Los Ángeles y si algo puede darte Ayton son puntos.
Esto nos lleva a la famosa metáfora de que si mides 1,90 y tienes una manta de 1,80, o te cubres la cabeza o te cubres los pies. ¿Pueden estos Lakers mantener la cabeza caliente sin sufrir una hipotermia de rodillas para abajo? Ese debe ser, a priori, el objetivo. Un objetivo que no se antoja irreal porque, como decimos, los recursos para ello están ahí. Pero también las dudas.
El jugador a seguir: Luka Doncic
¿Ha llegado por fin el año de su MVP? El talento y los números siempre han estado. Y si el foco mediático estaba también, ahora se multiplicará por 10. Si consigue que también estén los resultados, lo tendrá todo de cara para coronarse.
Solo en una ocasión un equipo de Doncic ha ganado más de 50 partidos en temporada regular, pero rara vez los Mavericks dispusieron a su alrededor una plantilla capacitada para soñar siquiera con ello. Nunca tuvo un compañero como LeBron o una tercera espada como Reaves, y, sobre todo, nunca tuvo tanto por demostrar.
Su defensa se ha observado con lupa desde su salida de Dallas, y aunque sería injusto atribuir a ella la eliminación ante los Timberwolves, también lo sería negar que su ayuda en ese aspecto fue escasa. La cosa es, ¿será este el año del tan esperado cambio?
Porque los números en ataque van a estar. Los 30 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias son casi una garantía si se habla de él, y las actuaciones locas en las que le entre cualquier tiro imaginable y gane el partido prácticamente él solo van a estar ahí. Pero tiene que eliminar la otra vertiente. Esa que, como ocurrió ante Minnesota, a veces llega desfondada a los minutos finales y tiene tramos en los que es un missmatch andante.
Nadie le está pidiendo que sea brillante en esa materia, solo que sea el factor neutro que, de hecho, ha demostrado poder ser de vez en cuando. Y viniendo de un Eurobasket en el que estuvo nominado a mejor defensor, hay motivos para el optimismo. Si, además de liderar a los Lakers en ataque, suma de vez en cuando en defensa, logrará muchas cosas. Una de ellas, cambiar la narrativa. Otra, hacer de este un equipo más equilibrado.
En otras palabras, acercarse algo más a su primer MVP y/o anillo. ¿Llegará alguno de ellos en 2026?
El pronóstico de nbamaniacs
La dupla Doncic-LeBron suena demasiado bien como para que las dudas con respecto a otros aspectos de la plantilla pesen más que la unión entre dos de los mejores jugadores del planeta. Los Lakers ya firmaron una gran segunda mitad de liga regular el año pasado, y este, con Luka deseando reivindicarse y LeBron sabedor de que las opciones de sumar el quinto anillo empiezan a escasear, el buen momento de forma debería continuar.
¿Quiere decir eso que son favoritos al título o a lo más alto del Oeste? Seguramente no. Sigue dando la sensación de que hay un escalón de distancia con OKC y quizás con Denver y Houston en función de cuánto se confirme su supuesta mejora, pero podemos vaticinar a los Lakers siendo cabezas de serie en primera ronda de playoffs.
Anterior equipo: Denver Nuggets | Próximo equipo: New York Knicks
(Fotografía de portada: Kiyoshi Mio-Imagn Images)