Curry arruina la noche histórica de Aaron Gordon

Gordon llegó hasta los 50 puntos, pero los triples de Curry hicieron que fuera insuficiente para ganar

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Por Aitor Darias

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Tras dar inicio a la temporada con una victoria ante los Lakers, los Golden State Warriors han dado otro golpe sobre la mesa del Oeste al imponerse a otro rival directo. Con más sufrimiento, con menos holgura y con cinco minutos de tiempo extra, eso sí, pero la victoria en la visita de los Denver Nuggets al Chase Center acabó cayendo del lado de Curry y compañía, que, si necesitaban recordar a alguien de que están preparados para ser élite de su conferencia, se han encargado de ello.

137-131 fue el marcador final de un duelo marcado por dos grandes actuaciones individuales. En los locales, la de un Steph desatado en torno al que giró todo el ataque de Golden State; en los visitantes, la mejor noche de la carrera de Aaron Gordon. El ala-pívot se fue hasta los 50 puntos en un absoluto recital de eficiencia en el lanzamiento, y se quedó a las puertas de tumbar a los Warriors empleando la que, habitualmente, es su principal baza.

En casa del herrero, cuchara de hierro

El Chase Center ha visto muchas exhibiciones de tiro exterior y no le son ajenos los encuentros en los que un hombre se va hasta los 10 triples. El problema es que ese hombre normalmente lleva la camiseta local, mientras que esta vez fue Gordon quien, con un 10/11 desde el perímetro, presumió de un acierto más propio de videojuego que de la vida real.

Esto fue en parte propiciado por la defensa local, que, más preocupada de un Nikola Jokic que firmó un triple-doble pero no estuvo especialmente fino en la anotación (21 puntos, 8/23 en tiro) decidió vivir dando al ala-pívot algo de espacio. Pero resultó que semejante osadía era algo con lo que no se podía vivir, y así se encargó de recordarlo él cuando, a falta de medio minuto, convirtió el triple que puso el 117-120 en el marcador. El triple que obligó a Curry a buscar el más difícil todavía.

Steph no estaba teniendo una noche tan inmaculada como Gordon desde el triple, pero sí estaba en uno de esos momentos en los que dejarle respirar es una mala idea. Llevaba por entonces 32 de los 42 tantos con los que acabaría y venía precisamente de anotar el triple que empató el encuentro a 117-117. ¿Y qué es otro triple más para quien lleva miles y miles de ellos?

El base de hecho ni se lo pensó, y aunque quedaban por delante 25 segundos para el final optó por buscar el aro en cuanto el balón llegó a sus manos. Y así, desde 9 metros, la misma distancia desde la que sentenció el duelo de hace dos día en Los Ángeles, la distancia desde la que nadie se planteaba mirar el aro hasta que apareció él, lanzó el balón al cielo de San Francisco y lo hizo caer al aro visitante. Empatados de nuevo.

Llegan refuerzos

El choque quedó por tanto destinado a la prórroga después de que Jokic errara el potencial game winner, y en ella los de Kerr terminaron de sacar el rodillo. Porque, aunque había sido Curry quien los había conducido al tiempo extra, no llegó solo al final.

Un triple de Horford, canastas bajo el aro de Kuminga y Green y otro triple de Butler empezaron a forjar un parcial de 12-2 que el propio Stephen cerró con una bandeja y dos tiros libres que le hicieron irse por encima de los 40 y mandar el mensaje a la liga de que los Warriors están de vuelta. Los mismos que cerraron el curso 24-25 a un ritmo dominante y los que quién sabe hasta dónde habrían llegado si no se hubiese perdido la serie ante los Timberwolves.

Aunque si siguen así, tal vez este año tengamos la respuesta.

(Fotografía de portada: Bob Kupbens-Imagn Images)

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