Para bien o para mal, Jaylen Brown es una persona frontal con lo que considera injusto. El alero de los Boston Celtics es un reconocido activista dentro de su contexto, liderando marchas en su Atlanta natal contra la violencia racista o criticando duramente a Nike en declaraciones que le costaron el puesto en el Team USA. Por eso era de esperar que, ante uno de los mayores escándalos en la historia reciente de la NBA, Brown no se haya mantenido en silencio.
En declaraciones posteriores al entrenamiento de tiro matutino, la estrella ha apuntado de forma directa a la NBA como una de las mayores culpables. «¿Cómo protegemos a los jugadores en este panorama?», se pregunta retóricamente. «No ha habido ninguna conversación sobre eso. Muchas veces se habla de cómo aumentar el negocio y los ingresos. Pero no creo que hayamos tenido demasiadas conversaciones sobre las consecuencias».
Brown se refiere, obviamente, a la relación que la Liga abrió de par en par con las casas de apuestas hace una década y que se ha incrementado hasta asociarse de forma directa con algunas de ellas en los últimos años. El jugador es vicepresidente de la Asociación de Jugadores, por lo que su deber está en llegar al fondo del asunto de su excompañero Terry Rozier y analizar en qué contexto hizo lo que presuntamente hizo.
«Si son inocentes, no es la mejor de las publicidades [verse inmersos en earrestos e investigaciones federales]. Por lo que nos aseguraríamos de que quedan exonerados y su imagen limpia. Pero ahora mismo, lo más importante es recopilar toda la información»
Otro de los jugadores que más suscitaron en la sesión de los Celtics fue Anfernee Simons, que hasta hace unos meses era jugador de Chauncey Billups en Portland y que, nada más enterarse de las noticias, llamó a Damian Lillard para asegurarse de que todo estaba bien en el vestuario. «Fue un golpe duro para mí», dice el base. «Estaba en shock. Obviamente tengo una gran relación con Chauncey. Incluso tras el traspaso, seguía preocupándose por mí y yo por él. Es una situación muy desafortunada para él y su familia por la atención y el escrutinio mediático».
(Fotografía de portada de Winslow Townson-Imagn Images)





