Miller tocado, Maxey lidera y Embiid da signos de vida

Los 76ers ganan sus dos primeros partidos de liga sin la participación de Paul George, con una gran remontada en el último cuarto ante unos volátiles Hornets.

Foto del autor

Por Enrique Bajo

Publicado el

Las malas noticias, cortitas y al pie. Sin refocilarse… pero es que ya empezamos: Brandon Miller tuvo que abandonar el encuentro entre Charlotte Hornets y Philadelphia 76ers a los pocos minutos de empezar. Unos fuertes dolores en el hombro izquierdo le dejaron fuera de juego a la nada de arrancar el segundo cuarto, poniendo rumbo a los vestuarios para no volver.

Segundo partido del curso y los Hornets ya han de recurrir a planes de excepción (Josh Green y Grant Williams, con molestias en hombro y rodilla, tampoco fueron convocados).

Estamos ante el que debería ser el año grande de Miller. El de la eclosión definitiva. Pero claro, eso pasa, lo primero, por tener la continuidad que no disfrutó el curso pasado. El escolta venía de ser el máximo anotador en el triunfo de apertura ante Brooklyn (25 puntos y 7 asistencias). Contra los 76ers sólo tuvo tiempo de dejar 4 tantos y 1 asistencia en 9 minutos, antes de volver a alimentar los nubarrones que llevan meses (si no años) tiñendo de oscuro el cielo de North Carolina.

«Siempre nos preocupamos por todos nuestros muchachos», decía Charles Lee al término del choque en nombre de un Miller que prefirió no hablar con la prensa. «Cada vez que uno de ellos cae, te preocupas por él y esperas que esté bien».

El duelo prometía emoción con unos Hornets que ya aplicaban un primer ajuste en el quinteto inicial, dando entrada a Collin Sexton como pareja de LaMelo Ball y mandando al novato Kon Knueppel (titular ante Brooklyn) al banquillo, pero que finalmente –fruto de la lesión temprana de Miller– se fue hasta la media hora de juego, para aportar 14 puntos y un 3 de 6 en triples.

No obstante, sus dobles dígitos en anotación, sumados a los del también rookie Ryan Kalkbrenner (14 puntos, 7 rebotes), Bridges (18), Sexton (21) y un Ball que rozó el triple-doble (27 puntos, 10 rebotes, 8 asistencias), no fueron suficientes para doblegar a unos 76ers a los que parecían tener controlados, pero que pisaron a fondo al escuchar el sonido de la campana que marca la última vuelta.

Arreón final y victoria de Philly

Faltando cinco minutos para el cierre, y con el partido abierto en disputa, los locales lograron un parcial demoledor de 20-7, forzando una pérdida tras otra en su adversario y convirtiendo dichas recuperaciones en canastas, para firmar una buena remontada, vencer por 121-125 y mantenerse así como uno de los cuatro equipos todavía invictos en la Conferencia Este (Bucks, Knicks, Bulls, 76ers).

Por parte de Philadelphia, todos tuvieron su momento, ya fuese como referentes en el ataque (28 puntos, 9 asistencias de Tyrese Maxey), dejando su huella en el rebote (13 capturas enormes de Andre Drummond en un cuarto de hora, claves en el cierre de partido), contribuyendo con su versatilidad (19 puntos de Oubre Jr. y 15 tantos, 8 asistencias y 3 robos de un Edgecombe al que, en solo dos días, ya se le está poniendo cara de jugón), comandando el banquillo y brillando en el clutch (24 puntos y triple lapidario de Grimes) y el que más interés e incertidumbre nos suscita: un Joel Embiid con ciertos visos de resurrección después del cadáver en vida que vimos arrastrarse ante Boston.

«Cuando los tiros entran…»

El pívot camerunés, que se marchó hasta los 20 puntos en 20 minutos, dijo que “no necesariamente” se sintió mejor ante Charlotte que frente a Boston, pero que está tratando de adaptarse a jugar con una nueva restricción de minutos y que, simplemente, “todo parece ir mejor cuando los tiros entran”.

“En el primer partido fue más como entrar despacio en el encuentro e ir encontrando el ritmo. Esta noche fue más bien: ‘Bueno, solo tengo 20 minutos’. En el primer partido no me caí ni una vez, y hoy me caí como cinco, porque si solo tengo ese tiempo, si no voy con todo, no voy a tener otra oportunidad”.

– Joel Embiid

Efectivamente, más intenso, más vertical, pero indudablemente se le sigue viendo con un físico (y fe en el mismo) a kilómetros de lo ideal. Tocará tomárselo con calma con Joel en estas primeras semanas.

La clave para entrar en ritmo: jugar ‘sin interrupciones’

Tras confesar que no sabe cuanto tiempo querrá el cuerpo técnico mantenerle con la correa de los minutos puesta Embiid, señaló que, si tiene que estar limitado, prefiere el plan de anoche en que Nick Nurse distribuyó sus minutos dentro de una rotación normal y sentándolo definitivamente a mitad del tercer cuarto.

“Preferiría no tener ninguna restricción de minutos”, admitió. “Pero si la tengo, prefiero quitármela de encima cuanto antes. Cuanto más tiempo paso sentado, si juego en tramos más cortos, no consigo entrar en ritmo».

(Fotografía de portada de Bill Streicher-Imagn Images)

TE PUEDE INTERESAR