Cuando los Warriors más lo necesitan, ahí está Stephen Curry. Ese es el resumen rápido de la enésima exhibición de un jugador que está tomando tintes de eterno –a los LeBron James– y que anoche lo demostró con un partidazo de 46 puntos para derrotar a un Victor Wembanyama de triple-doble en su casa, en San Antonio.
El pívot galo, quien logró 31 puntos, 15 rebotes y 10 asistencias, ha provocado una ola de elogios en el inicio del curso NBA. Por su juego, dominio y capacidad para hacer ganar a los Spurs, no faltaba quien le ponía como el probable dominador de la próxima década. Sin embargo, ha aparecido Curry para ponerle en alerta y dejarle claro que no será nada sencillo.
Cambio generacional sí, pero con respeto. Es obvio que Curry y otros se están apagando –es ley de vida–, pero la última picadura puede ser letal, y más en días concretos. Esta pasada madrugada el genio de San Francisco ha convertido un partido que iba para derrota en un triunfo que puede ser un punto de inflexión en el devenir de la temporada de Golden State.
Llegando a perder por 10 puntos al inicio del tercer cuarto, al base volvió completamente locos a los Spurs con 12 minutos en los que firmó 22 puntos para dar la vuelta al marcador y demostrar que sigue siendo un jugador capaz de ganarte un partido en cualquier momento.
Pese al triunfo, lo cierto es que Golden State aún parece lejos del equipo que deslumbró en la recta final del curso pasado. Draymond Green ha afirmado que no se siente el mismo hambre en el equipo y un balance de 7-6 parece corroborarlo.
Wembanyama da respuesta
A pasos cortos, pero firmes. Se da por hecho que los Spurs y Wembanyama están ya más que listos para competir, pero en caso alguno deben confiarse. Es verdad que se trata de un jugador que rompe las reglas físicas y técnicas establecidas hasta la fecha; sin embargo, otros enormes talentos como Luka Doncic llevan 7 años en la Liga sin ser campeón. Partidos como el de esta noche explica cómo de difícil es imponerse ante los mejores del mundo. En todo caso, toca disfrutar una vez más de lo enorme jugador que es –en todos los aspectos–.
(Fotografía de Daniel Dunn-Imagn Images)
