Ni con la excusa de Bronny James

Con Luka Doncic fino desde el exterior y entendiéndose con el interior (Ayton), ni un buen Giannis ni un quinteto titular de excepción, pudieron detener a los Lakers.

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Por Enrique Bajo

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Planeas una escapada de fin de semana con tus amigos, y en el último momento no solo se bajan del plan, sino que además de dejarte en la estacada te preguntan si no te importa llevarte a su amigo el guiri que venía de visita y al que no pueden atender; sí, ese con sonrisa de lado a lado y que no habla ni papa de español por más que haga el esfuerzo.

Pero tú –que como buen zoon politikón sabes que entre copas cualquier barrera lingüística desaparece– te terminas marcando un finde igual de escandaloso con el guiri que no habla español. Porque cuando hay voluntad en la necesidad, nace el dialecto del entendimiento.

Los Ángeles Lakers no solo han aprendido a marchas forzadas a jugar con los nuevos y sin LeBron James. También han aprendido a ganar con los nuevos y sin LeBron James. Y ahora, en un paso más en su curva de méritos, ganan con los nuevos y con LeBron James.. Jr.

Visto y no visto

El hijo de la leyenda, Bronny James, disputó ayer su segundo partido como profesional saliendo de titular. Y una cosa es que haya dado un salto en defensa para ocultar otras vergüenzas, y otra que hable el mismo idioma que los titulares de los Lakers.

J.J. Redick pronto se percató de eso; de que sigue siendo muy pronto para esta mezcla y que a los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo no se les gana con cuatro en pista. Así que el experimento se redujo a diez minutos, tiempo de sobra para que Bronny acumulase cero puntos y un -6 en un encuentro donde los Lakers terminarían venciendo por un margen de +24, por 119 a 95.

Su espacio lo ocuparon Dalton Knetch y Maxi Kleber, que se fueron a los 34 y 25 minutos respectivamente (va renaciendo el alemán). Con ellos en pista y una rotación de siete jugadores bajo la batuta de un Luka Doncic que se fue a los 38 minutos de juego, hubo, ya sí, un solo guión en pista: el del dominio total.

Mucho Doncic

La evidencia es apabullante: el cambio físico del esloveno la ha sentado de escándalo, a él y al equipo. Su defensa ha dejado de restar mientras sigue siendo una voraz máquina de devorar en ataque. Anoche se fue a los 41 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias despertando impotencia pura en la línea defensiva de los de Wisconsin, cuya intervención se saldaba una y otra vez de la misma manera: con Luka yendo a la personal. 18 de 20 tiros libres anotados.

En el que se presumía un precioso duelo de dos de los cuatro mejores europeos del momento, Giannis tampoco defraudó en la batalla singular: 32 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias que sin embargo fueron insuficientes ante un rival mucho más inspirado en ataque. Pues el combinado angelino metió casi el diez por ciento más de sus tiros de campo (49% a 40%), rematando con una mayor presencia en el rebote y la intensidad como equipo en general.

Los Lakers fueron puro catenaccio en la primera mitad, dejando a los Bucks por debajo de los veinte puntos en los dos primeros cuartos (18 y 16 tantos). Un cerrojo que se pudieron permitir el lujo de levantar en la segunda mitad, pues un colchón que llegó a ser de 31 puntos era suficiente para jugar al toma y daca durante los 24 minutos restantes.

Mensaje contundente

Gran noche para los de oro y púrpura con dosis extra de autoestima, al tratarse de una victoria contundente fuera de casa y ante unos Bucks cuyas bajas (Kevin Porter Jr. y Taurean Prince) no podían ni compararse con las de unos Lakers sin LeBron James (Sr.), Rui Hachimura, Gabe Vincent y Marcus Smart.

Balance de 10-4, con las piezas engrasándose alrededor de Doncic (Deandre Ayton y su 20-10), y alimentando una dinámica colectiva a la que, quien sabe, tal vez termine enganchándose incluso Bronny James.

(Fotografía de portada de Jeff Hanisch-Imagn Images)

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