Días complicados para cualquiera implicado en el día a día de los Dallas Mavericks. El despido de Nico Harrison supone admitir que las cosas se han hecho mal, rematadamente mal, en los últimos ocho meses. Y que el actual proyecto tiene las piernas muy cortas, como así apuntan los rumores que ya ponen a Anthony Davis en el mercado.
Dichas habladurías alrededor de La Ceja, podría pensarse que se extienden a Kyrie Irving. Otro jugador veterano y propenso a las lesiones cuya línea temporal está lejos de la de Cooper Flagg. El buque insignia del futuro en Dallas. Pero nada más lejos de la realidad. Shams Charania apuntó ayer en ESPN que varios equipos han llamado a la puerta de los Mavs preguntando por el veterano base recibiendo la misma respuesta. Un no rotundo.
Al parecer, la franquicia le considera parte indivisible de su futuro después de renovar su contrato durante el verano de 118 millones de dólares por 3 años. Siendo el último opción de jugador. La historia de Irving en Dallas es especial. Llegando a través de un traspaso que poco menos que tiró la estructura del equipo abajo y, que junto a los problemas físicos de la plantilla, llevaron al equipo a quedarse sin playoffs en 2023.
En ese momento, Kyrie era un jugador al que la liga miraba con recelo por sus continuas polémicas extradeportivas. Las cuales aplacó para convertirse en un líder de vestuario inmaculado. Junto a Luka Doncic, fue una de las grandes razones de que el conjunto texano llegase a las finales de 2024 y siempre ha echado el resto por el equipo. Como las minutadas que jugó entre el traspaso de Luka y su rotura de ligamento cruzado. Valores que quieren preservar a toda costa en la franquicia.
(Fotografía de portada de Jerome Miron-Imagn Images)





