Las realidades de Lakers y Clippers son tan distintas ahora como lo han sido durante casi toda su historia. El vecino rico, encaramado en la segunda posición del Oeste y soñando con plantar cara a los Thunder en la disputa por el título; el pobre, hundido con un proyecto al borde del colapso. Y esas diferencias se han hecho latentes en su primer cara a cara de esta temporada, que ha caído del lado de los de Redick por 135-118.
En una noche de disfrute para los de oro y púrpura, nadie se divirtió más que un Luka Doncic que cada día parece más feliz en su nuevo equipo. El base arrancó el choque marcando territorio con un primer cuarto escandaloso, en el que a base de anotar un triple tras otro se fue hasta los 24 puntos. Y de ahí en adelante, la cosa solo fue a más.
El esloveno terminó con 43 tantos, 13 asistencias y 9 rebotes, y fue sumando cada vez más invitados a una fiesta en la que empezó como protagonista único pero a la que se acabó sumando todo el Big 3. Austin Reaves lo hizo con su agresividad atacando el aro, que le hizo irse hasta los 31 puntos, mientras que LeBron James, combinando de nuevo tramos de más juego sin balón con otros ejerciendo de director, anotó 25 y repartió 6 asistencias.
La defensa de los Clippers, a años luz de lo que era el año pasado, prácticamente solo podía elegir quién quería que anotase. Evitarlo por completo era imposible.
The @Lakers star trio DOMINATES as they clinch West Group B!
— NBA (@NBA) November 26, 2025
LUKA: 43p, 9r, 13a
LEBRON: 25p, 6r, 6a
REAVES: 31p, 9r, 3s
LAL: 13-4 on the season, 3-0 in Group Play pic.twitter.com/Cez8cU8R2c
Así, en cuanto el acierto visitante fue yendo a menos no fue problema para los Lakers llevar la ventaja hasta los dobles dígitos y controlar el choque sin demasiados apuros a partir de ahí, haciéndose con una victoria que, al tratarse de un partido de Copa, tiene dos implicaciones. La primera, que se convierten en el segundo equipo más en forma de su conferencia con cinco triunfos consecutivos. La segunda, que se aseguran ganar el Grupo B del Oeste y estar en los cuartos de final.
Son, sin duda, buenos tiempos para ser un Laker.
Harden, Harden y Harden
No tanto para ser un Clipper por mucho que James Harden se empeñe en intentarlo. Si en los de Redick el ataque fluyó por sus tres principales referentes y todos se complementaron perfectamente entre sí, en los visitantes todo pasaba por un hombre, por el mismo por el que lleva pasando las últimas semanas hasta obligarlo a ir a por un milagro cada noche. Y esta vez, a pesar de pasar por tramos de un gran duelo anotador contra Luka y acabar con 29 tantos y 9 asistencias, no pudo ser.
Cierto es que todos sus compañeros del quinteto titular acabaron en dobles dígitos, pero ninguno de una manera que le valiera para tomarse un respiro. Kris Dunn y John Collins fueron un alivio a ratos por su acierto en ataque, pero su labor fue siempre de finalizadores y nunca de creadores, y Kawhi Leonard destacó en tramos muy breves pero sigue lejos de su mejor versión. Lo que significa que toda labor de generación tenía que pasar por Harden.
Y así, en cuanto La Barba se tomó un respiro en el inicio del último cuarto el choque terminó de irse de las manos de los de Lue. Como se les terminará yendo de las manos la temporada si no ponen freno pronto a esta catastrófica racha.
(Fotografía de portada: Jayne Kamin-Oncea-Imagn Images)
