La racha de los Pistons muere en un tiro libre

Cunningham erró un tiro libre clave y la racha de victorias de los Pistons se queda en 13

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Por Aitor Darias

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Los Detroit Pistons viajaban a Boston dispuestos a hacer historia. Tras ganar 13 partidos consecutivos, los de Michigan tenían la oportunidad de batir la mejor marca de la franquicia con un nuevo triunfo, dando tintes aún más históricos a este asombroso inicio de curso. Y sin embargo, tras caer por 117-114, se quedaron muy cerca de hacerlo. En concreto, a 4,60 metros.

Esa fue la distancia desde la que Cade Cunningham erró el tiro libre que pudo haber llevado el choque a la prórroga. El base fue absoluto protagonista del tramo final, primero perdiendo un balón clave cuando Detroit atacaba para ponerse por delante y más tarde enmendando su error ganándose tres viajes a la línea de personal al lanzar a canasta cuando los Celtics, al verse tres arriba, fueron a hacerle falta para que no pudiera tirar un triple. Pero una vez ahí, la presión fue demasiada.

No en el primer tiro libre ni tampoco en el segundo, pero sí en el último y decisivo. En el que no solo había en juego un partido de liga regular y de Copa NBA. En el que no solo había en juego la posibilidad afianzar el liderato del Este. En ese tiro libre pesaban los más de 35 años transcurridos desde la primera vez que los Pistons ganaron 13 encuentros consecutivos y la posibilidad de dejar atrás esa marca. Y ante semejante aliciente la muñeca del base, que llevaba un excelso 14/15 hasta el momento, tembló.

Su fallo impidió poner el empate en el marcador a falta de 4,4 segundos, periodo en el que hubo tiempo para que los Celtics anotaran dos tiros libres más pero no para que los de Bickestaff buscaran el triple del empate, pues Jalen Duren cometió una pérdida buscando a Duncan Robinson y el choque murió sin dar a los visitantes un nuevo intento. Aunque lo cierto es que habría sido muy difícil que encontraran uno mejor que el que ya habían tenido.

Ligera mancha

Este mal final, no obstante, no puede empañar por completo la noche de un Cunningham que fue el principal responsable de que los suyos llegaran con vida al final del encuentro. En una noche sin excesivo acierto exterior del equipo y sin demasiada ayuda del resto de hombres importantes, el base tiró de los suyos con 42 puntos y 5 asistencias, dando continuidad a su increíble momento de forma. Solo que esta vez, a la hora de la verdad, fue humano.

No así, Derrick White, que con un perfecto 3/3 en triples en el clutch emergió como héroe local, y fue incluso el hombre que forzó la pérdida de Cade cuando este atacaba para poner a los Pistons con ventaja. El escolta acabó con 27 tantos, solo superado entre sus compañeros por los 33 de un Jaylen Brown junto al que dio a los Celtics su mejor triunfo del curso, uno que permite creer que este equipo tiene potencial para dar algún susto en el Este.

(Fotografía de portada: David Butler II-Imagn Images)

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