La histórica racha de LeBron llega a su fin de la mejor manera posible

1297 partidos después, la racha de LeBron anotando el menos 10 puntos en liga regular ha terminado. Aunque es difícil imaginar un final mejor

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Por Aitor Darias

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Hay una generación de fans que ha crecido pensando que las leyes de la física impedían a LeBron James terminar un partido de liga regular con menos de 10 puntos. Y quién puede culparles. Alguien que naciera la última vez que tal cosa no ocurrió puede ya beber alcohol de manera legal en España. Cooper Flagg, el jugador más joven de la liga, tenía apenas 15 días de vida y tardaría bastante en aprender lo que eran un aro y una pelota naranja. Hablamos, en resumen, prácticamente del Pleistoceno.

O mejor dicho, hablábamos.

Porque después de 6.909 días, después de 1.297 partidos, después de 19 temporadas, cuatro anillos, sendos MVPs, tres hijos y un millón de experiencias, la irrepetible racha de LeBron terminando con dobles dígitos anotadores ha llegado a su fin. Ha ocurrido en Toronto, donde después de una noche desacertada y muchos problemas para finalizar ante el tamaño de los canadienses, el alero se ha quedado en 8 puntos por primera vez desde aquel lejanísimo 5 de enero de 2007.

Y sin embargo, lo que podía haber sido un momento de cierta amargura, quizás incluso tristeza, estuvo marcado por todo lo contrario. Porque cuando el de Akron tuvo que elegir entre mantener viva esta racha o hacer lo correcto, eligió bien. Como casi siempre.

Hachimura, doble verdugo

120-120 era el marcador del choque cuando arrancó la última posesión de los Lakers, posesión que arrancó en manos de un Austin Reaves que, en vista de su exhibición, no tardó en recibir un dos contra uno para forzarlo a soltar el balón. Y ahí es cuando la bola llegó a James. Pocos segundos, Immanuel Quickley delante e Igram y Mamukelashvili pendientes para llegar a la ayuda. ¿Qué hacer?

La posibilidad de mantener viva la racha con un game winner es tentadora. En caso de error, el partido irá a una prórroga en la que podrá seguir peleando tanto por el triunfo como por la canasta que le falta para llegar a los 10 tantos. Pero Rui Hachimura está solo en la esquina. Y en cuanto lo ve, sabe lo que tiene que hacer.

Es casi poético que esta racha acabe de esta forma. LeBron ha recibido críticas en más de una ocasión por doblar el balón a un compañero liberado en situaciones de clutch, críticas casi siempre injustas de detractores que afirman que una verdadera estrella se juega el tiro final aunque tenga tres defensas encima aunque tenga la posibilidad de dar un tiro completamente abierto a otro jugador. Y aunque esa generosidad ha supuesto alguna derrota, él ha seguido siempre haciendo lo correcto.

Y hoy, con uno de sus hitos más irrepetibles en peligro, no iba a ser distinto. Balón a la esquina, tiro liberado, y Hachimura no perdonó. Ni a los Raptors, para los que este triple final entró como una diga, ni a LeBron, que ya había visto peligrar esta racha más de la cuenta últimamente y era consciente de el fin estaba cerca. Pero puestos a terminarla, qué mejor manera que esta.

«Lo importante es que hemos ganado. Siempre hay que elegir la jugada correcta, esa ha sido siempre mi forma de operar. Así se me enseñó a jugar y es lo que he hecho durante toda mi carrera» afirmó.

De protagonista a figurante

Este caótico final dejó en un segundo plano la exhibición de Austin Reaves, responsable hasta ese momento de que los Lakers llegaran con vida al cierre del encuentro. Con Luka Doncic de baja y LeBron brillando como pasador pero lejos de su mejor versión como anotador, fue el escolta el que tuvo que ejercer como líder, y demostró una vez más que el puesto no le queda grande.

Reaves terminó con un salvaje doble-doble de 44 puntos y 10 asistencias, y apareció siempre que los suyos lo necesitaban. Con 20 tantos en el tercer cuarto, ayudó a capear el temporal cuando los Raptors empezaban a dominar el encuentro, forzó dos faltas en ataque en los últimos minutos para ganar un par de posesiones extra y anotó la canasta que puso el empate a 120-120 para coronar una noche titánica.

Pero claro, entonces llegó la última jugada, en la que el peso de la historia y de un game winner sobre la bocina dejaron su exhibición a un lado. Pero para que LeBron pudiera acaparar los titulares y Hachimura las fotos, él tuvo que dominar el partido.

(Fotografía de portada: Dan Hamilton-Imagn Images)

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