De la tercera mejor defensa de la NBA a la quinta peor. De recibir 109,4 puntos a 118,5. Esto, en apenas unos meses y con una plantilla prácticamente calcada a la del curso anterior.
Y sin pararnos aquí en los porqués, nos centramos en el que anoche supo aprovechar mejor que nadie la coyuntura.
Cedric Coward había bajado una marcha en sus últimos partidos, haciendo que la pieza que sacamos el pasado 19 de noviembre empezase a quedar algo desfasada, perdiendo parte de su favoritismo al ROY y con jugadores como Knueppel o Flagg tomándole la delantera.
Pero ayer le tocó mover ficha a él, y ante un poltergeist vestido con uniforme de baloncesto, comandó a los Memphis Grizzlies a su décima victoria de la temporada y cerrar así los diez últimos partidos con racha positiva (6-4).
Presencia vertical y horizontal
El tweener novato, con un partido de 23 puntos, 14 rebotes y 5 asistencias, logró su cuarto doble-doble como profesional y estableció también un nuevo récord personal en rebotes.
Coward había tenido un bajón de eficacia en los tres compromisos anteriores, con solo 11 de 34 en tiros de campo, así que fue un placer verlo brillar de nuevo, en una serie de 10 de 18.
No hizo falta que brillase nadie más (aunque con actuación muy sólida de Santi Aldama), pues ni con un quinteto donde están Kawhi, Harden, Zubac y Collins, pudieron los Clippers anoche llegar siquiera a los cien puntos (marcador final de 107-98).
Con su novena derrota en once partidos y para reconducir este post a la Columna de David de esta mañana, no es mala ocasión para cerrar con el pasaje bíblico favorito del alcaide Norton en Cadena Perpetua: «Su juicio se acerca y es inminente».
(Fotografía de portada de Thomas-Imagn Images)





