En plena crisis de resultados y con Giannis Antetokounmpo fuera de combate durante varias semanas, cualquier triunfo vale ahora mismo su peso en oro para los Milwaukee Bucks. Y el de esta madrugada no ha sido precisamente ligero. Los de Doc Rivers se han llevado una balsámica victoria al doblegar por 116-101 a unos Celtics que llegaban en su mejor momento del curso, pero que apenas se encontraron a sí mismos en el Fiserv Forum y fueron sepultados en la segunda mitad.
Un devenir que nadie habría podido imaginar por la forma en que arrancó el duelo.
Porque en los primeros compases del mismo, ambos equipos hicieron lo que se esperaba de ellos. Los Bucks, mostrar las dudas y falta de intención que les han hecho estar donde están; los Celtics, morder en defensa y sumar de tres en tres en ataque para abrir una distancia que llegó a ser de 14 a los pocos minutos. Pero hoy hubo reacción. Una cimentada no precisamente en los hombres más consistentes del cuadro local.
Héroes inesperados
Kyle Kuzma y Bobby Portis pueden llegar a ser una pesadilla para cualquier entrenador, sobre todo en una plantilla que depende tanto de sus puntos como la de estos Bucks. Y sin embargo, en días como hoy en los que todo sale de cara, resultan una bendición para un grupo que no va sobrado de puntos. Pero que hoy los encontró de mil maneras.
Y es que decir que todo salió de cara no es exagerar. Kuzma, con 31 tantos, firmó su mejor actuación desde que llegó a Milwaukee; Bobby, con 27, la mejor desde diciembre del año pasado. Y por si fuera poco, lo hicieron combinándose para un impresionante 24/30 en tiros de campo. El primero, intratable atacando el aro. El segundo, haciéndose grande en la pintura cuando Boston acudía al small ball y anotando desde el triple cuando Queta volvía a pista.
Ambos, llevando el delirio a un pabellón que no esperaba su reconversión a estrellas.
Kuz control all night long.
— Milwaukee Bucks (@Bucks) December 12, 2025
31 PTS | 6 REB | 1 BLK | 76% FG pic.twitter.com/cbr0blMv14
De su mano y apoyados por los destellos de Cole Anthony y el triple-doble de Kevin Porter Jr., Milwaukee se fue sacudiendo las dudas iniciales y acabó firmando uno de sus encuentros más sólidos en ataque, aunque no menos sólida fue su imagen en la otra mitad de la cancha. Con un buen trabajo alejando a los Celtics de la pintura y en las rotaciones, dejaron a los visitantes en solo 34 puntos en toda la segunda mitad, lo que les valió para llevarse el triunfo de forma relativamente cómoda.
A lo cual, eso sí, contribuyó el desastre de Boston desde el triple.
Make or miss
Los de Mazzulla arrancaron el encuentro firmando un 7/11 desde el perímetro en el primer cuarto. Desde entonces, 7/38. Dos caras que explican una actuación absolutamente bipolar.
El descomunal acierto de los de Massachusetts se diluyó a la velocidad del rayo, llevándolos a ciertos tramos en los que parecían incapaces de colar una canica en un hula hoop. Su primer triple de la segunda parte llegó mediado el último cuarto y después de haber errado 16 intentos, y para entonces los Bucks ya mandaban con cierta solvencia en el marcador y no parecía quedar en los visitantes confianza como para intentar la proeza. Esta se había esfumado un poco más tras cada fallo. Hasta desaparecer del todo.
Pero no solo el triple explica su pobre rendimiento, pues tampoco desde el bote o sus internadas a canasta fueron capaces de generar demasiado. Quitando los 30 puntos de Jaylen Brown, ninguno de los hombres visitantes estuvo especialmente inspirado, y en realidad ni siquiera el alero pasó por ningún momento en el que fuera capaz de crearse sus canastas de forma consistente. Y sin él, no les quedó otra que ir sucumbiendo lentamente ante un rival mucho más necesitado de esta victoria.
(Fotografía de portada: Benny Sieu-Imagn Image)
